domingo, 30 de octubre de 2011

Capítulo 47


Baños, duchas, habitaciones cutres que fingen ser camerinos, Zack me acompaña durante  toda una ruta turística por la diminuta sala. Me encanta el ambiente que se respira, acordes colgados en las paredes, rasgueos estampados en las ventanas, y aire infestado de rebeldía.
Ya se empiezan a oír algunos gritos de las fans, acompaño a los chicos hasta su camerino, no tienen ningún ritual concreto, se reúnen, hablan, comentan, pero sobre todo, bromean, es difícil no salir con la mandíbula desencajada después de diez minutos al lado de Alex Gaskarth.
Me despido de todos justo antes de que salgan a dejarse la piel.
 Los conciertos, son de por sí, momentos únicos e irrepetibles, ninguno igual a otro. Guardo este en un cajón muy especial de mi mente, justo debajo de la estantería en la que posé el recuerdo del reloj con Zack, el primer día que lo vi.
Mientras los protagonistas de le noche se duchan, aprovecho para alcanzar a Evan y Jake en el puesto de sonido, al parecer mi hermano tiene futuro como técnico de sonido.
-¿Nos vamos de fiesta?- Pregunto, como quien no quiere la cosa mientras Jacob me comenta emocionado y orgulloso para qué sirve cada botoncito del panel.
-¿En Los Angeles?
-¿Por qué no?
Mi hermano mira a Evan, invitándole a venir.
-Creo que algunos propusieron, salir esta noche, ya sabéis, es más que una rutina, una obligación… LA… Jack y Alex no se perdonarían el no salir esta noche. Venid si queréis. Aunque consultadle antes al jefe… ¡Hey Matt!
Matt, manager de ATL, se gira hacia nosotros, se encontraba recogiendo algunos utensilios del escenario y, sinceramente, en los videos parece mucho más agradable que en persona.
-¿Va a haber fiesta, colega?
-¿Lo dudabas?- dice entre agotado y molesto.
-¡No, señor!
Party Time, then. Los chicos no tardan en salir, y no son los únicos que se apuntan,  la mayoría de los componentes del tour se unen, artistas o crew.
Acabamos en uno de las mejores discotecas de la zona, reservado VIP ocupado por aquí los presentes en el mismo hotel en el que se hospedan, dos en uno.
El local no es conocido en la ciudad por sus grandes interiores, sino por la calidad de estos, paredes insonorizadas, acolchadas y perfumadas por doquier, luces fluorescentes y música imponente.
La sala reservada para VIP no tiene mucho de very ni de important, pero sí de people y es que, una gran parte del tour está allí, incluyendo algunos fans de la élite a los que invitaron los artistas conforme iban llegando.
Nos acomodamos en los sofás de terciopelo del local, con bebidas cargadas de hielo y promesas increíbles para la noche. Me senté al lado de Zack, entre él y Jack, en frente de Nick y Alex y alguno más que ni si quiera me había molestado en recordar sus nombres. En breves comienzo a reír por todo y a no poder parar de sonreír.
La música de 3oh!3 se hace presente en el local en seguida, Alex lanza una exclamación y levanta los brazos.
-Yeah! ¡Vamos a bailar!- grita bastante animado. Pero ninguno de sus compañeros está lo suficientemente borracho aún como para seguirle.- Vale, zorras, abrid paso.
Le sigo encantada, he de confesar que la sensación de perder el control de la mente es simplemente mágica. Obviando las advertencias médicas, es una gran experiencia el hecho de olvidar durante una noche quién eres, lo que has hecho ese día o lo que piensas hacer mañana. Bailo junto a Alex y personas ajenas hasta acabar derrotada por el calor y asfixiada por el fuerte sonido de la música, volvemos junto a nuestros compañeros. Me dejo caer en los brazos de Zack, quien se apresura a apartar con cuidado la copa que casi le derramo encima.
-¡Cuidado!
Como respuesta le rodeo el cuello con los brazos y le beso la oreja, no se mueve y continúa con su función de gigoló de discoteca, beber y permanecer follable sin hacer tonterías. Pues ya está, ya es público, no ha tenido que dar un mitin ni nada, era más fácil con un puto Martini.
Veo pasar a la camarera, parece que va disfrazada (o uniformada, vaya usted a saber) de vaquera, una vaquera pobre porque no tiene mucha ropa puesta. Me empiezo a descojonar con ese pensamiento: ¡una vaquera pobre! Le extiendo mi copa justo cuando pasa por mi lado.
-¿Me traes un vodka con soda, por favor?- La chica asiente con una sonrisa.
-No, mejor no- dice Zack, aunque la chica no llega a oírle.
-¡Otro para mí!- Exclama Nick, al que sí oye.
-Tenemos gustos muy parecidos, Nick- digo recordando vagamente la conversación de la playa.
-¡Deberíamos fugarnos a Las Vegas y casarnos!- nos empezamos a reír ruidosamente y brindamos con nuestras copas cuando la vaquera cumple con nuestro deseo.
Veo que Zack sonríe, parece interesado en seguirnos la corriente, su sonrisa dice poco, pero su mirada de odio asqueado a Nick dice bastante más. Le beso en los labios intentando que no malinterprete las cosas, ninguno de los dos.
-Me voy a ir- dice Zack separándome de él con cuidado. Me da un leve beso en la mejilla y se acerca a mi oreja- te veo arriba ¿vale?
-Claro.
Ya no localizo a nadie de los que habíamos comenzado la noche juntos, tan solo Nick y Halvo siguen en el sofá, también he perdido la pista de mi hermano, pero decido no preocuparme por eso ahora, lo llamaré en un par de minutos. Hablo de tonterías con mis acompañantes hasta que se nos acaban las trivialidades y decidimos no introducirnos en pensamientos más íntimos.
-Me subo a la habitación, chicos- nos anuncia Nick de nuevo. Se gira hacia a mí- Tengo la peli preparada, Melanie.
Mierda, mi mente me advierte de algo, algo que ya había olvidado, ¡había quedado con Nick esta mañana para ver Charlie y la fábrica de chocolate! Intento pensar con claridad una solución para intentar repartir lo que queda de noche entre Nick y Zack, solo yo me puedo meter en estos marrones. Sin embargo, Halvo no me ayuda mucho con mi problema, se sienta a mi lado y me coloca otra copa en las manos.
-Oye me ha encantado conocer a tus amigas, esta mañana, me lo he pasado muy bien.
-¡Y yo! ¡Y ellas, seguro! ¿Sabes que eres el primero que las conoce? Bueno, Zack ha hablado antes con Airin, pero no tanto como tú hoy…- No puedo parar de hablar.
-¿Debería sentirme afortunado?
-¡Mucho!
-¿Vendrán algún día?
-¡Oh, por supuesto!
-Llámame ¿vale? Tengo un par de clases pendientes con Airin.
Le miro profundamente divertida, así que Halvo y Airin… Asiento sin saber muy bien por qué y le extiendo el Iphone a mi acompañante para que me anote su número.
Decidimos volver a las habitaciones de nuevo, la planta número diez nos recoge con una calma que ya no recordaba y mi mente parece reacia a aceptar después de la gran fiesta que ha vivido. Despido a Halvo a puertas de su habitación y me dirijo a buscar la habitación de Nick y Andrew, recuerdo su número, no podría ser más inoportuno: la puerta de la habitación enfrente de la de Zack me muestra el cartelito de éste número amenazante. Atrévete a llamar. Miro mi reloj, son las 5, puede que me dé tiempo a ver la peli y después ir con Zack… o quizás debería ir directamente con él, después de todo lo que hemos vivido… o quizás… Empieza a sonar el Iphone, es Jacob.
-Hola, brother.
-¡Mel! ¿Dónde estás?
-En el hotel.
-Piensas… esto… ¿pasar la noche allí?
-Sí ¿tú dónde estás?
-En la estación de autobuses, en diez minutos sale uno para Hurtington Beach, pensaba esperarte pero bueno…
-No, no importa ¿estás seguro, Jake? Podrías dormir aquí y nos volvemos juntos mañana…
-¡Si hombre! Ahora en seguida vuelvo, no te jode- se ríe.- No, Mel, me voy a casa ¿vale? Mañana llámame cuando vengas.
-Ok.
-Buenas noches, Mel, no hagas ninguna locura.
-Descuida, Jake.