viernes, 12 de noviembre de 2010

Capítulo 36

-Sí, yo también.



-Cuando me tiro por los toboganes me dan pinchazos en el cerebro- se queda callado un momento, analizando la frase y sonríe para sí.- No hagas la broma, por favor.


-Me lo has puesto demasiado fácil.


-Es que es verdad…


-Yo me agobio en los túneles de agua, siento como si me fuera a quedar atascada.

-The Simpsons- Recuerda él, sonriendo.

-No te rías, es un problema grave- lo que acentúa su risa.- Claro, porque es mucho mejor sentir como te taladran la cabeza mientras…


-¿Vienes a hacer surf?


-¿Lo dices en serio?- Recuerdo la espantosa experiencia con Zack y los moratones post-surf.

-No, era para que te callaras…- le miro con incredulidad, a veces resulta asquerosamente asqueroso- pero si dices que sí, te dejaré venir.


-Lo probé con Zack y no dio muy buenos resultados.


-Con Zack todo debe de dar malos resultados.


-En realidad no, lo que pasó es que…


-Melanie.


-¿Si?


-Cállate un poco.- Dice restregándose la mano por los ojos con expresión fatigada.

-Perdón.

En realidad yo soy una persona muy callada, lo que pasa que él, con su silencio, me incita al habla.

La clase de surf fue más o menos como me esperaba: Joseph me dio las primeras indicaciones hasta que encontró otra distracción mayor que hacer de profesor para su hermanastra, se dirigió él solo al agua con su tabla de surf alquilada. Me limito a observarle, se mueve con seguridad en la tabla, ágil y rápidamente acorde con su complexión: no es demasiado corpulento ni demasiado alto, lo que le permite moverse con mucha libertad en el agua. Mientras le observo me pregunto cómo será ver a Zack surfeando, el antónimo de Joseph. Se ha encendido en mí el “Busca-Zack” y como tal, emite una señal que Zack recibe e inmediatamente me llama. Esto es solo una hipótesis, pero me ha funcionada tres veces con esta, creo que debería ser ya teoría su rango. Contesto la llamada.

-Hola Zack.


-¿Cómo van las vacaciones?


-Oh, me encanta Hawaii, es de película.


-Sí, lo sé, he estado.- Se ríe.

-Cierto…


-Oye… No me llamaste al llegar, menos mal que tu hermano actualizó twitter para decir que se iba contigo a la playa…

Zack, al igual que yo, solo llama hermano a Jacob. Recuerdo haberle dicho que le llamaría al llegar… ¿o fue él?

-Perdona es que… se me olvidó, no hay excusa.


-Sí la hay, es Hawaii.

Se produce un incómodo silencio que llena la distancia durante el cual observo a Joseph dando un giro con la tabla espectacular.

-Zack.


-Dime- parece agradecido de haber roto el silencio.

-¿Cuándo podré verte surfear?


-¿Cómo? Pues… pues… emm… ¿no te llevé ya?

-No.- Él no se apartó de la orilla así que no cuenta.

-En ese caso, cuando pueda.


-Sin presión ni nada- digo al notar la confusión en su voz.

-Es extraño que, con todo este tiempo no me hayas visto surfear aún.


-Bueno, tú no sabías mi edad.


-No me lo recuerdes… Oye te tengo que dejar.

Veo a Joseph dirigirse a la orilla.

-Sí, yo también… Emmm ¿Zack?


-¿Qué?


-Quedan cinco meses.

Josh alcanza la orilla, tabla en mano. Un hombre corpulento y muy tonificado se dirige a él. Es un hombre mayor, de cuarenta y varios, Josh sonríe al verlo y se dan la mano, me dirijo a ellos.

-¿No deberías estar jubilado ya, Matt?- Bromea Josh.

-Muy gracioso- le da una palmada en el hombro- aún me quedan muchos mañacos extranjeros como tú por entrenar.

-Como habrás podido ver, yo ya no necesito entrenamiento.


-Lo haces bien, Joseph, he hecho un buen trabajo contigo.


-Bah, lo llevaba escrito, Matt, no te llevarás todo el mérito.


-Mencióname si te dan algún premio.

Me coloco al lado de Josh para intentar que terminen con a conversación, tengo hambre. Al percatarse de mi presencia, Josh mi presenta:

-Ah, Matt, esta es Melanie, mi nueva alumna.- El hombre le guiña un ojo y luego me saluda dándome la mano.

-Su hermana, en realidad- apunto rápidamente para no dar lugar a especulaciones erróneas e incestuosas.

-Hermanastra- corrige Josh con bastante frialdad. Da por terminada la charla con el hombre y le da también a él la mano como despedida, acercándose a su oído.- Fue un error.

A veces la sinceridad de Joseph puede llegar a ser dolorosamente hiriente, conforme lo conozco, me voy dando cuenta de ello.

-¿Eres un poco imbécil, no?- le espeto cuando nos hemos alejado lo suficiente de Matt, ex profesor de surf de Jospeh. Me mira sorprendido.

-No hablaba de ti, egocéntrica.- Gracias a esa sinceridad sé que ahora está diciendo la verdad, si estuviera hablando de mí, lo habría admitido sin problemas ni remordimientos, como ya hizo en su día- Al final me has acabado cayendo bien. Y, como me caes bien, te voy a dejar que me invites a comer.

Personalmente, odio que me inviten a invitar.

-¿Qué te invite? A correr te voy a invitar, enano.- Digo y es que, a pesar de su personalidad de adolescente arrogante, sigo viendo en él a un crío de 15 años, su hermano es mucho más maduro.

-¿Perdón? Tienes dos años más y te saco una cabeza, no sé si deberías usar tú ese término.


-Son 10cm.


-¿Cómo?


-Son 10cm, no una cabeza.

-Ah- parece aliviado.

Comemos en el restaurante del hotel, el que más a mano se encontraba.

Tom y Giovanna están allí, sentados uno enfrente del otro, Tom de espaldas a nuestra mesa, cuando Giovanna saluda hacia mí con la mano, su novio se gira para ver a quién ha saludado y la imita también. Josh mira a la pareja y luego hacia mí.

-¿De qué los conoces?- Pregunta masticando más bien poco adecuadamente su comida.

-Conocí a Tom en el ascensor esta mañana.- Asiente con la cabeza, como si confirmara alguna de sus teorías.

-Te lo tiraste.


¿Por qué en América se tiende tanto a la afirmación?


-¡¿Qué?! No, por dios.


-¿Te has tirado a Zack?


-¿Cómo?


-¿Es bueno en la cama?


-¡Josh!- Suelto los cubiertos con fuerza en la mesa, presa de la tensión.

-Quiero saber si tiene algún punto débil.


-Ya, claro.


-De acuerdo. ¿Quieres que te hable del tiempo en Hawaii? ¿De lo bien que vives ahora en América? Hablemos de cosas interesantes, por dios, Mel.


-¿¡Y con interesante te refieres a saber cuánto le mide a Zack?!


-¡¿Qué?! ¡No, por dios!- dice Joseph mirando hacia todos los lados- ¡pero! Si crees que puede ser un punto débil para él…

-Por favor, Josh, cambiemos de tema.
Él empieza a reírse, orgulloso de haber provocado tal nivel de incomodidad en mí.

-Me apetece ver a Tre.- Dice mencionando por primera vez al compañero de banda de nuestro padre.

-No sabía que te llevaras bien con él.


-¿Bromeas? ¡Bien es poco! Es mi padrino… y el de Jacob, creo, y es el mejor tío que he conocido en años, mejor incluso que Matt.- Dice señalando hacia atrás.

-Se ve majo…- comento sin saber muy bien qué decir.

-Te quedas corta, ojalá lo conozcas algún día. Y… esto no se lo digas a papá ¿eh? Pero Tre y yo tenemos planeado cierto viaje cuando cumpla os 21.


-¿Las Vegas?


-¿Cómo lo sabes?


-América es asquerosamente predecible.


-¡Oh! Fuera de mi país, pagana.


-Calla, enano.

Ambos empezamos a reír justo cuando Tom pasa por mi lado y se acerca a la mesa.

-¿Te gustó la dedicatoria?

-- consigo decir- Me encantó.


-Estarás contento Tom Fletcher, ¿eres Tom Fletcher, no?- el chico asiente confuso de que Josh se introduzca sin más en la conversación.- Ahora Melanie solo usa el ascensor para bajar. Y estamos en el piso 20…

Tom empieza a reírse y me alegro de que entorne los ojos al reír ya que así no puede ver mi expresión confundida ¿cómo sabe Josh lo del autógrafo?

-Tom, él es Joseph, mi hermano, amante del humor hiriente.


-Corrijo, soy Josh hermanastro de Melanie- dice levantándose y extendiéndole la mano- amante del humor sin gracia.