sábado, 29 de enero de 2011

Capítulo 40

El resto del vuelo transcurre tranquilo, llegamos cuando la noche posa con todo su esplendor, los chicos se han dormido prácticamente en la misma posición, les hago una foto antes de que Adrienne rompa el encanto y los despierte. Es la primera foto que tengo de ellos, después de cuatro meses en USA. La mayoría de las fotos de estas vacaciones son de Jacob con sus padres en el parque de agua, Joseph y yo apenas hicimos fotos de nuestras salidas.


Oh sweet home California! Las vacaciones no me han dado todo lo que esperaba de ellas, pero aún así, le agradezco a Hawaii el haberme dado la oportunidad de conocer más a Joseph y unirme más a Jacob.

Sale el sol, me siento la cama, me pongo mis zapatillas, me levanto, ando hasta el baño, cierro la puerta, me desnudo, entro en la ducha, salgo, me visto, y bajo a desayunar, todo normal en un día corriente hasta que entro en la cocina. Allí están Billie y Adrienne charlando tranquilamente ¿sigue pareciendo normal, verdad? Pero justo al verme pasar por su lado se silencian con las miradas. Si pasas al lado de dos personas y se callan solo puede significar dos cosas a mi entender: te están criticando, están criticando a alguien que conoces.

-¿Qué ocurre?- Pregunto con miedo. Ellos se miran y, ante la falta de iniciativa de mi padre, Adrienne se levanta y coge un sobre de la encimera, uno muy grande, uno de color marrón, uno que susurra mi nombre.

-Melanie, esto es tuyo.

Efectivamente, lleva mi nombre en una etiqueta pegada al dorso junto con el símbolo de California.

-¿Qué es?-Pregunto.

Como si fuera a averiguarlo más rápidamente que ellos formulando esa pregunta.

-Ábrelo.- Me anima Billie con una sonrisa de oreja a oreja.

Despego el papel lentamente, rasgándolo con cuidado por la solapa. Ahí vamos. Creo saber de qué se trata antes de sacar el primer folio: son los resultados de la prueba de admisión a la universidad. Trago aire antes de aguantar la respiración en el proceso en el que tardo en sacar los folios del sobre. Cierro los ojos, respiro, los abro… Apta.

-He aprobado…- susurro aliviada.

Ellos parecen aliviarse también. Mi padre me aprieta el hombro con su mano, orgulloso, creo. Sonrío.

-Enhorabuena, Melanie.- Salta una voz desde detrás de la encimera. ¿Cuánto tiempo lleva ahí?

-Gracias Josh, buenos días a ti también.


-Por cierto, papá, he decidido que voy a aprobar matemáticas.

Aquella conversación que todos tuvimos con papá una noche vuelve de nuevo a mi mente, Billie le prometió un bonito premio si aprobaba la asignatura que tiene clavada en el alma.

-Luego hablamos.- Corta Billie.

No me entretengo más allí, ni siquiera desayuno, como era el propósito principal de la mañana, subo directamente a la habitación de Jacob y entro directamente. Me sorprende verlo tumbado en la cama, despierto y mirando el techo pensativo, resulta raro en Jake.

-¡He aprobado!


-¡Enhorabuena, Mel! Lo sabía.


-¿Ocurre algo, Jake?


-Mmm no… nada grave por el momento.- Entro y cierro la puerta.- Hoy parece que va a ser uno de esos días en los que apetece llorar.

Mi hermano mira por la ventana, es cierto, está nublado y eso, en California, puede ser motivo de llanto para muchos pero creo que Jacob se siente mal por un motivo diferente.

-¿Aún le das vueltas a lo de Hawaii?


-No, la cagué, punto. Pero… jo, Mel… te lo tengo que preguntar o no me sentiré bien.


-Claro, dime.


-Y sé sincera, porfa.


-Siempre, Jake.


-Verás, no consigo acordarme muy bien de… bueno, de la noche… pero creo que en algún momento hablamos ¿no?


-Sí.


-¿Qué te dije?


-Pues…- finjo que estoy recordando para intentar decidir qué debería decirle, si me pregunta esto tan preocupado solo puede ser por un motivo: no quería decirme lo que me dijo- me pediste que te llevara a España, creo.

Por una parte, me siento mal por mentirle (mejor dicho, por ocultarle información), pero pienso que en el fondo se sentirá mejor así, si decide contarme algo, que sea por propia voluntad y no por la de una mala noche.

-¿Te lo pedí… por algún motivo… o algo?


-Mmm no… surgió sin más.- Intento que mi voz suene lo más desinteresada posible.- ¿Te preocupa haber dicho algo malo?


-Sí, la verdad es que sí, bastante, no fue mi mejor noche.


-Solo me dijiste eso y que el camarero tenía pinta de asalta cunas.

Ambos nos reímos, puedo ver a Jacob más relajado.

-De todos modos, Jake, puedes contarme lo que quieras.


-Tú también lo sabes ¿no? Porque a veces pienso que no soy lo suficiente bueno para guardar tu secreto…

-¿Se trata de un intercambio? ¿Es eso?- Pregunto algo molesta, no con Jake, si no con la situación, a mi me encantaría poder contárselo pero su forma de verme podría cambiar totalmente, lo que me da que pensar ¿y si fuera eso lo que le ocurre a él también?

-No… pero me estás pidiendo que confíe en ti, cuando tú no confías en mí…


-Jacob Amrstrong que te quede bien claro, eres la única persona aquí a quien le confiaría mi vida, no a Zack, no a papá y tampoco a Josh ¿de acuerdo?

Parece sorprenderle, me mira con cara de ¿indignación?

-¿Entonces?


-Dame tiempo…


-Claro. Lo mismo te digo.

Parecemos idiotas, ambos queremos soltarlo pero lo único que hacemos es pedirnos tiempo, a veces me gustaría que me atosigara un poco, que la preocupación o la simple curiosidad pudiera con sus principios morales, pero sé que Jacob no es así y lo sé porque yo soy jodidamente parecida.

Algo aparece para cortarnos el mal rollo, Joseph entra sin permiso en la habitación.

-Hola, hermano- pasea su vista por el cuarto entero para comprobar si debe saludar a alguien más y allí estoy yo- hola, persona- siempre tan agradable- tengo noticias.


-Y nosotros cerebro… fuera de mi cuarto, Josh, nadie te ha invitado.


-Pero que borde eres cuando quieres, Jake.

Estoy tentada de responder “como tú” pero eso me delataría de nuevo, apoyando el bando de Jacob así que prefiero quedarme callada.

-Es una noticia que os interesa.


-No nos…


-Déjale hablar, Jake- Sí he apoyado a Joseph y no me ha pagado, espero que merezca la pena.

-Dentro de poco… en casa… ¡habrá un nuevo miembro!


-Oh no… Que alguien avise a protección de animales, Josh quiere una mascota.- Bromea su hermano.

-Un perro, probablemente.- Sonríe Josh orgulloso.

-Lo tienes muy claro- intervengo- ¿vas a aprobar seguro?


-Sí, solo necesitaba motivación, no era esto lo que más quería pero he pensado que es un buen regalo ¿qué opináis? A papá le parece bien y mamá me ha dicho que con tal de que no entre el bicho en casa…


-Te deja entrar a ti y no deja entrar al perro, no veo la diferencia.


-Oh, Jake, crece, esa broma ha sido muy barata.

-Josh.- Digo cambiando de tema, no he tenido oportunidad de hablar con él desde nuestra discusión, quizá este sea un buen momento- ¿Crees que se debería hablar lo que pasó en Hawaii?

Nótese el efecto de la impersonalidad en la oración, espero haberla compuesto bien.

-Está todo bien, Mel, no problem.


-¿Qué pasó?- por supuesto, el rey cotilla ha de hacer su trabajo.

-Joseph se enfadó conmigo…


-Yo no me enfadé, solo me molesté.


-¡Wooh la nueva no-hermana ha conseguido algo que yo no he conseguido en 12 años de vida!


-Iros a la mierda.

Josh sale de la habitación riéndose por el comentario de Jacob. Creo que debería hablar con él, hay ciertas cosas que puedo dejar pasar sin más, pero no esto.

-Ahora vengo.

No consigo nada, Joseph sigue insistiendo en que no quiere hablar del tema, peor para él si quiere guardarse esos sentimientos, sería la primera vez que Josh no dice algo en voz alta.

En su cuarto parece nervioso, como si no le gustase que yo estuviese ahí. Sinceramente yo tampoco me encuentro muy cómoda rodeada de tanta pornografía, hard punk y oscuridad. Quizás debería salir ya.

-Oye, Mel, lo que voy a hacer ahora… va a molestarte… va a molestarte mucho…

Me impresiona su frase… abro mucho los ojos y miro a mi alrededor, asustada, llamadlo paranoia…

-¿Cómo sabes que va a molestarme?

Él no responde atraviesa su habitación y abre el último cajón de su mesita de noche. Revuelve las cosas y saca un sobre. Joseph mira el sobre, el sobre mira a Joseph y finalmente ambos me miran a mí. Me lo extiende.

-Llegó antes de que nos fuéramos a Hawaii y Adrienne lo dejó un tu escritorio…

El pequeño sobre tiene mi nombre escrito a mano con letra angulosa y pequeña pero legible e increíblemente bonita, y pienso así porque sé quién ha escrito mi nombre de esa manera…

-¿Por qué me lo quitaste?- Pregunto triste, acariciando las letras de mi nombre con los pulgares.

Josh no responde. El sobre está abierto, lo que significa que ahí está la respuesta, lo que significa que todo lo vivido con Joseph no ha significado una mierda si luego no respeta nada.

-Eres el ser más egoísta que he conocido nunca.

lunes, 3 de enero de 2011

Caítulo 39

Mi despertador es el sonido de la cadena del váter, abro los ojos muy lentamente y la luz que reciben es casi dolorosa. Mundo cruel. Veo a Jacob salir del baño con las manos en la barriga y muy mala cara.


-Juro que no volveré a beber nunca más…


-Eso decimos todos la primera vez.- Josh se despierta desperezándose con poco cuidado y dándome un codazo en la espada.

-Será mejor que no bajes a desayunar…- Observa mi mente experta, observa demasiado tarde: tocan a la puerta, pero no exactamente la puerta del pasillo, llaman a la puerta que conecta las dos habitaciones por lo que solo pueden ser dos personas. Bien, no hay nada mejor para despertarse que haber de enfrentarse a la realidad.

En vista de la poca intención de colaboración por parte de mis compañeros de cuarto, me levanto y abro la puerta, es Billie. Al sobrepasar el umbral se para cerca de la puerta cerrada del baño, la cual ha decidido encubrir a Jacob, y arruga la nariz.

-¿Qué ha pasado aquí?

Joseph empieza a reírse.

-A Jake le ha sentado mal algo y no se encuentra bien, cenaría algo en mal estado, no sé- intento disculparle sin mucho éxito.

-¿El qué?


-Un zumo, no te jode…- susurra Joseph a la almohada, pero todos lo oímos.

Billie suspira y mira a Joseph gravemente, quien sonríe divertido.

-Vale, todos abajo, id al restaurante con Adrienne, ahora iré con Jake.

Joseph, con la única finalidad de meter más cizaña y continuar con la humillación de su hermano, no se mueve y cruza los brazos bajo la cabeza.

-Tengo que ducharme…

Billie le lanza tal mirada que podría haber movilizado hasta al mismísimo ejército soviético con solo pretenderlo. Joseph finge que no es así pero se levanta tan rápido que hasta sale descalzo al pasillo.

Algún día agradecerá tener a alguien como yo a su lado, no ahora y no a mí, pero lo hará: le explico su fallo respecto a su calzado y vuelve a entrar a la habitación con una seguridad que no tiene, una seguridad que le ha sido prestada.

En cualquier caso, yo también necesito de una seguridad ajena para enfrentarme a Adrienne así que espero a que Joseph decida bajar.

De nuevo pienso, ingenuamente, que con Josh de mi parte, podré cubrir a Jacob, mente ingenua. Nada más alcanzar a Adrienne, mi hermanastro suelta:

-Mamá, dice papá que subas, a Jake le pasa algo…

Adrienne se levanta confundida y nos despide.

-Papá no había dicho nada ¿verdad?


-Verdad.


-Eres un capullo.


-¡Venga ya! Él me la hizo ayer, se la debía ¿por qué tiene que ser siempre Jacob el bueno?


-Bueno, él…- Joseph lo ha conseguido, no sé qué responderle- sois muy diferentes, Josh, él…


-Déjalo, en serio…

Me siento mal, Josh está dolido, le cuesta admitirlo, pero es cierto, lo conozco poco, pero lo justo para saber cuándo le he fallado. Él ya se encuentra sirviéndose el desayuno y yo sigo en mi lugar, sin moverme, como la idiota que soy, finalmente consigo acercarme a Josh cuando este ocupa su lugar en la mesa.

-Josh lo siento.- Él finge sorprenderse y me mira confundido.

-¿Vale?


-No Josh, no, vale no, cuando alguien te pide perdón no le puedes decir vale.


-¿Y qué quieres que te diga? ¿”las doce y cuarto”?


-Dime que me perdonas o que me odias, pero no me ignores Josh, no hagas como que no pasa nada porque eso siempre agravará las situaciones, eso es lo que os pasa a Jake y a ti: tú te vengas de él, él se vengó de ti y así sucesivamente hasta el día en el que se fundó vuestra relación.


-En ese caso… no te perdono.


-¿Por qué? ¿Por haberte llamado capullo? ¿Por creer que Jake era el bueno? ¿Por…?- Me interrumpe.

-Por preferir a Jacob.

Se vuelve a levantar de la mesa, dejándome con la palabra en la boca, más bien llevándose cualquier palabra que pudiera salir de ella porque me las ha robado todas. Ahora resulta que a Josh le molesta que prefiera a su hermano ¿prefiera? No creo que esa sea la palabra no prefiero a ninguno de los dos, los quiero a ambos y conforme los conozco, más.

Me haré perdonar, siempre lo hago. Consigo un boli de la camarera y le escribo mi nota de arrepentimiento en una servilleta: no pienso arrastrarme para conseguir un perdón por algo que no es real.

“Siento que te moleste, pero siento aún más que lo pienses.”

Dejo la servilleta bajo su vaso de zumo, y abandono el restaurante con la sensación de que mi última nota dará para una charla muy larga con ambos hermanos.

Volvemos a casa, el problema con Jacob no ha gustado nada a sus progenitores y, no sé muy bien si como castigo o como precaución, volvemos a CA. Ha sido un placer conocerte, Hawaii, lo has hecho bien, see ya!

En el avión, Adrienne se sienta junto a Jacob, quien se encuentra mejor, de hecho, está perfectamente, si no fuera por el hecho de que se siente mal por ser el culpable de arruinar las vacaciones familiares. Junto a ellos se aposenta Joseph que parece que sigue molesto conmigo, aunque sé que ha leído mi servilleta. Por lo tanto, a mi padre y a mí nos tocan los asientos de la fila de delante, aislados del resto de la familia, en el viaje de ida esos dos asientos los ocuparon Billie y Adrienne.

Mi padre mira por la ventanilla mientras yo examino minuciosamente una cabeza rubia que hay tres asientos más adelante, desgraciadamente, tengo la sensación de que en cualquier momento o en cualquier lugar me puedo encontrar con Zack de nuevo, llámalo obsesión, llámalo X, pero le echo de menos. Creo que mi sentimiento de añoranza se ve potenciado por el de culpa y es que no puedo evitar sentirme responsable de lo que le ocurrió a Jake, si simplemente hubiera cuidado mejor de él… fue algo evitable.

-No puedo evitar sentirme culpable, papá.- Él suspira ruidosamente y me mira.

-Nunca tengas hijos, Melanie, firmado: tu padre.

Papá y sus sabias frases a tiempo.

-Descuida.


-No, en serio, si lo haces, eso que sientes ahora lo sentirás el resto de tus días. Parecerá que la cagues con cualquier cosa que hagas…


-¡Venga ya! Tú lo estás haciendo muy bien.


-¿Tú crees?

-No lo creo, lo sé. Jacob es maravilloso, la cosa más dulce que el planeta ha tenido jamás, no es por defenderlo sin más, pero lo de la otra noche fue un hecho aislado, todos tenemos derecho a deprimirnos y actuar estúpidamente una noche.- Digo sin poder evitar extrapolar mis palabras a mi existencia.- Solo una… solo una noche…

Billie me mira muy seriamente, quizás no le han gustado demasiado mis palabras, porque puede que haya pensado que iban con un segundo mensaje dirigido especialmente a él, me callo rápidamente ante mi metedura de pata.

-Sí, puedo entender a Jacob.- Dice lentamente.

-Y Joseph… bueno, Joseph es diferente a cualquier persona que haya conocido antes, me cuesta describirlo… Es… un cabrón.

No podría haberlo descrito mejor. Billie me mira anonadado.

-Pero el mejor de todos.- Aseguro.

-¡El mejor cabrón de los cabrones!- Añade él, a lo que ambos acabamos riendo.

-Tiene una seguridad en sí mismo arrolladora, conseguirá todo lo que se proponga, como ha hecho hasta ahora, creo.


-Lo que me preocupa es: si para ello tiene que pisotear a alguien ¿lo hará?

¿Por qué tengo la sensación de que responder afirmativamente a esa pregunta sería cagarla y decir la verdad a la vez?