viernes, 4 de enero de 2013

Capitulo 50


-¡¿Qué?!

Lo que me faltaba, ir de incógnito en una furgoneta ajena. Obviamente sé que la manta es propiedad de los integrantes de ARTTM pero eso no quiere decir que la furgoneta también, como ya he dicho, ellos han salido hace escasos minutos. Lo único que me consuela es que ha sido Alex quién me ha metido en este marrón, y todo el mundo respeta a Alex en este mundillo, así que yo soy una simple víctima.

Permanezco muy quieta hasta que oigo a los ocupas del vehículo entrar en él, me muero de ganas de saber qué banda me va a llevar de material de carga, pero las instrucciones de Alex eran claras: nada de salir hasta que la furgoneta se mueva.

-¿Puedo conducir?

-No tienes licencia, tío, ¿Dónde coño se ha metido Andrew? Entre él y Nick vamos a llegar tarde, tenemos el primer turno para la prueba de sonido.

-Si me dejaseis conducir esto no pasaría.

-No, no pasaría porque no llegaríamos ¡Hey Nick, Andrew, vamos coño!

Bueno, duda resuelta, aquel edredón está donde debía estar, con sus dueños. ARTTM, entonces, perfecto, a Zack le hará mucha ilusión verme llegar a donde quiera que él esté escondida en la furgoneta de dicha banda. Por desgracia para mí, la batería del Iphone es excesivamente potente, así que de nuevo la tecnología jugó en mi contra y el aparto vibra en mi bolsillo y en los oídos de los demás presentes en el vehículo. Justin se gira y destapa la manta, ¿Ahora es cuando yo grito “sorpresa” no, Alex?

-Hola…- digo muy tímidamente.

-What the hell..?- Justin y Halvo me miran sorprendidos como si de la mujer Barbuda se tratase.

Podría cobrarles diez pavos por esto. Pero cobrar diez pavos a dos pavos es éticamente incorrecto.

-Guys…- intento explicarme, pero Nick y Andrew se suben rápidamente al vehículo, ninguno de los dos se percatan de mi presencia y ocupan los asientos delanteros, Andrew de conductor y Nick de copiloto. El Schumacher americano arranca violentamente, provocando que mi involuntario cuerpo salga involuntariamente disparado hacia las puertas traseras. Una involuntaria brecha se abre en la parte superior de mi ceja.

-¡Ten cuidado tío!- se queja Justin.

-Llegamos tarde, si no estamos allí en dos horas nos quedamos sin prueba de sonido.

-Ah ¿ahora te entran las prisas, no?

 -¿Melanie, estás bien?- se preocupa Halvo.

-Me he dado en la cabeza- intento dramatizar un poco, a vistas de que todo el mundo se está centrando en mí, alguno más estupefactos que otros como Nick- creo que estoy sangrando.

-¿Melanie qué haces aquí?- se asombra el copiloto.

Intento explicarme mientras Halvo inspecciona mi herida, ni siquiera puedo mirar a mi receptor a los ojos ya que las manazas de mi nuevo doctor me quitan gran parte de la visión.

-Pues- pinchazo de Halvo + sobresalto mío- básicamente- de nuevo pinchazo y cara de dolor- Alex me metió aquí para –gritito- solucionar las cosas con – gritofemeninoinfernalprovenientedelagargantadeHalvo después del manotazo que le propino- ¡no me vuelvas a tocar!

-Lo siento- se apresura a disculparse el que antes era cirujano y ahora resultar ser carnicero.

-¿Pero qué narices intentas?

-Curarte…

-Está sangrando más, tío.- Se burla Justin.

-Haced lo que tengáis que hacer con ella, pero no podemos parar hasta dentro de una hora chicos, lo siento.

-Está bien, no hace falta parar- dice Nick inspeccionando mi frente en la lejanía.

Le miro desafiante, sus way farer negras no serán suficientes para  salvarle de una de mis miradas de asco más repulsivas. Nada de esto habría pasado de no ser por su culpa, por sus estúpidos y encantadores tatuajes, su mirada de cachorrito, su actitud de care free… Nuestras miradas se habían unido más de lo políticamente correcto, el contacto visual estaba durando demasiado…

-Aunque me meo, igual no vendría mal.

Sospechoso comentario después de nuestro encuentro furtivo. Una parte de mi salta y sonríe malévolamente, la otra también salta y sonríe, pero sus saltos son más alegres y dulces. Vamos, que ambas partes están colocadas ¿Un poco de cordura, por favor? No tardo en darme cuenta de lo poco cuerdo que suena pedir cordura en una furgoneta llena de locos.

domingo, 6 de mayo de 2012

Capítulo 49


-Zack, acababa de llegar de la fiesta, solo la había invitado a un café.- Nick mira desesperado el reloj, ya le había retrasado bastante el hecho de preparar aquel corto desayuno, pero no puede permitirse el lujo de robarse cinco minutos más. A Rocket To The Moon no son los privilegiados.
-Déjame a mí, Nick, o llegarás tarde.
-No, pero es que me sabe mal, si ha sido una tontería.- Me aparta cuidadosamente y se acerca a la puerta- Merrick, colega, no es lo que piensas. Va, tío, sal un momento.
El resto de habitantes de la planta décima empiezan a mirarnos con curiosidad. Pero Zack se mantiene en sus trece y Nick se impacienta.
-Da igual, Nick, en serio.
-Hablaré con él cuando lleguemos al siguiente concierto, no te preocupes.
En realidad no estoy preocupada, no hay motivos para ello. Nick me roza suavemente el brazo con intención de despedirse, me acerco a él y le dedico un discreto beso.
-Ha sido un placer.
-Lo mismo digo.
Me veo abandonada en un pasillo repleto de gente, para variar. Por suerte, no me prestan demasiada atención, al menos, no lo hacen hasta que sale el que será mi salvación/condena.
-¿Qué haces ahí?- Alex me dedica una sonrisa mientras cierra la puerta de su cuarto y arrastra su maleta con un estilo solo propio de Gaskarth.
-Creo que Zack se ha enfadado…
-¿Qué has hecho?- no parece preocupado con la situación, más bien todo lo contrario, parece divertido, algo que me relaja bastante.
Me cuesta buscar una respuesta a su pregunta, ¿qué he hecho? Hombre, he llegado un pelín tarde de fiesta, vale; también he dormido en el pasillo, bad girl; he tomado un café con su vecino de habitación, merezco el infierno; sin olvidarnos de que he estado respirando su oxígeno mientras hacía todo eso, recibir  el perdón de alguien responsable de mí (mírese un padre responsable, no el caso de Billie Joe) después de haber hecho todo eso sería una misión complicada, pero no considero que tu novio merezca enfadarse por nada de eso.
-No estoy segura…
Alex piensa unos instantes, arrugando su deliciosa frente.
-¿Tienes tus cosas dentro?
-Sí- recuerdo en ese instante mi mochila con todas mis pertenencias.
Alex asiente y me hace una seña para que me aparte de la puerta.
-Ey, Zack, compañero- golpea tranquilamente- ¿Me dejas coger las cosas de Mel?- Silencio más absoluto, bueno silencio dentro de la habitación porque en la planta el jaleo era palpable hasta por mi madre que estaba en España- Tío, tiene que pillar el bus ya… ¿estás llorando? No me seas marica ¿eh?
Fue suficiente, la puerta se abre de golpe, pero nadie aparece tras ella, Alex señala su maleta:
-Cuídala, que Jack no se acerque- me susurra, yo asiento confusa, no entiendo por qué susurramos de repente.
Mi compañero entra en la habitación de Zack. De nuevo sola. Esto es demasiado surrealista ¿cómo he llegado a esto? “Sin tacones, Melanie” Sí, eso seguro, aún están en mi mano y sigo descalza. Airin en mi situación estaría encantada, más, más que encantada. Durante mi espera, Jack también abandona su habitación y al verme me saca la lengua, también aparecen Rian y Cassadee… por separado… pero de la misma habitación. Todos lo sabíamos, pero yo tengo la primicia, por un momento me siento afortunada, hasta que Alex por fin sale de la habitación. Me mira y aprieta los labios, mala señal. Recupera su maleta y pasa su brazo por mis hombros, empujándome suavemente hacia el ascensor.
-Va a estar difícil- me dice mientras bajamos.
-¿Qué te ha dicho?
-Aunque no lo parezca, Zack se come mucho la cabeza.
-Eso no es una respuesta lo que te he preguntado, Alex.
Llegamos al hall del hotel, en la entrada puedo ver el autobús de gira de All Time Low y varias furgonetas que se encargarán del resto. Supongo que la de ARTTM ya ha salido. Pero, como siempre, supongo mal.
-Puedes estar tranquila, ese taxi no es para ti- me dice. ¿Qué coño? ¡Yo ni siquiera me había dado cuenta de que había un taxi en la entrada!
Seguimos caminando hasta una furgoneta, abre las puertas traseras y deja caer en ella mi mochila con poco cuidado.
-¿Qué haces?
-Sube.
-¡¿Cómo?!
-Entra Melanie, va.
-¡No!
-Mira, Zack no te va a perdonar si no habláis y si no vienes con nosotros no vais a hablar hasta dios sabe cuándo.
He de admitir que tiene razón, con la única diferencia de que, como pariente cercana de la divinidad yo sí sé cuándo: dentro de dos meses. Me sé sus fechas de memoria, es inevitable.
-Uff esto de que Zack sea medio idiota no ayuda- digo subiendo con ayuda de Alex a la furgoneta. Sin querer, piso una un delicado edredón de Wall-e en mi ascenso, Alex me cubre con él.
-No salgas hasta que la furgoneta esté en marcha.

domingo, 1 de enero de 2012

Capítulo 48


Me apoyo en la pared y me descalzo, aún indecisa sobre qué hacer. Acabo sentada en el suelo con los tacones en la mano. Veo en un momento de la noche salir a Jack de su cuarto y dirigirse al de Halvo. Llama a la puerta y alguno de los dos habitantes de esa habitación doble le abre con pesadez.
-¿Tenéis condones?- pregunta con voz de sueño, restregándose los ojos.
Aquel que le ha abierto la puerta se introduce de nuevo en la habitación y luego deposita algo en la mano de Jack. Cierra la puerta. De vuelta a su cuarto, Jack se percata de mi presencia.
-Buenas noches- dice rascándose la cabeza- esto…
-No te hacen falta si vas  a hacerte un paja- le digo algo mosqueada, creo que de algún modo, pago con él mi frustración.
-¡Mira qué graciosita la amiga de Zack!
-¿De verdad tienes planes para esta noche?
-¿De verdad tú no?
Me encojo de hombros.
-A veces tus comentarios pueden resultar ofensivos, ¿sabes?
-¿En serio? Tu simple presencia a veces también resulta cansina.
-¿Lo dices por lo de aquella noche que aparecí en casa de Zack? ¿Cómo puedes ser tan inmadura?
-No es por eso Jack…
-Ya, bueno mira, di lo que quieras, pero cada uno tenemos lo que nos merecemos- dice señalándome y mostrándome mi alrededor con los brazos en cruz- yo no estoy tirado en el pasillo de un hotel pensando si follar o no con mi novio.
Retiro la mirada del chico, él se acerca a otra puerta, compañera de la de su habitación, de nuevo alguien le abre y Jack deposita el condón en una mano masculina que no consigo distinguir y vuelve a su cuarto mirándome enfadado.
La quietud del hotel se ve interrumpida momentos después por sonidos fruto de la pasión y que, de hecho, provienen de más de una habitación.
Finalmente dan las seis y aún sigo dándole vueltas a todo lo que ha ocurrido, con Zack, con Nick, con Jake, con Jack… Maldito Jack. Tengo un mal sabor de boca después de nuestra inexplicable y estúpida discusión. La tentación de disculparme comienza a escalar posiciones en mi quehacer en los instantes siguientes, sin embargo, la hago descender de un mazazo, no es que sea orgullosa, pero sí tímida: no me cuesta reconocer mis errores, pero sí aceptarlos en voz alta.
Me levanto entumecida, cojo mis zapatos y me dirijo a la habitación de Zack, decido que ya pensaré en alguna disculpa mañana para con Nick. Sin embargo, justo cuando estoy a punto de llamar a la puerta de Zack, la habitación de Nick me descubre su interior. Él y Andrew salen con un par de maletas en la mano.
-¡Melanie!- me mira sorprendido. Supongo que supone que acabo de llegar, por mi aspecto cansado y el hecho de que los zapatos estén colgando en mi mano.
-Hola…- digo con cara de disculpa.
-¿Ya ha acabado tu noche? Llegas un poco tarde para la película, al final me quedé dormido- hago una imperceptible mueca de dolor con los labios- pero podemos posponerlo para la próxima.
Algo en mi interior salta de alegría, “la próxima” suena lejano pero increíblemente apetecible.
-Lo siento Nick, debería haberte avisado de algún modo…
-Tranquila, estábamos de fiesta…- me echa otro vistazo rápido de arriba abajo.- ¿Quieres un café o algo?
Odio el café, ese es un dato importante a la hora de tomar una decisión, pero también odiaba el hecho de haber faltado a la cita de la película con Nick, ergo, acepto casi sin dudarlo.
Para mi sorpresa, entramos de nuevo en la habitación, no lo recordaba, pero cuentan con un pequeño set de desayuno: una cafetera, café y cacao en polvo y demás utensilios, agradecibles  en caso de un desayuno rápido. Andrew nos despide y se encarga del equipaje suyo y de Nick.
-Menos mal que contamos con él, ¡qué sería del grupo sin Andrew!
-¿Por qué os vais tan pronto?- Me he dado cuenta de que el resto de participantes en el tour siguen dormidos.
-A Rocket To the Moon no es de los privilegiados- comenta divertido mientras me sirve el café-  y con eso me refiero a que no tenemos autobús de gira.
-Así que viajáis en furgoneta.
-Exactamente.
-Seguro que mola más- intento animarle.
-No, no mola.- Se ríe.- Pero es lo que hay.
-A mi me gustaría recorrer Estados Unidos en coche.
-¡Estás loca! Pero si consigues un coche y te animas… ¡avísame!
-Lo decidí con una amiga mientras estaba en el instituto, en España.
-¿Airin?- lo miro sorprendido y, de nuevo, vuelve a reírse- Halvo me ha hablado de tus amigas, una de ellas era bajista, así que al pequeño Halvo se le quedó grabado  su nombre a fuego.
-Wow, definitivamente, tengo que hacer trapicheos con cuentas de skype.
-Al final todas tus amigas tendrán novios músicos y americanos, como tú.
Puede que Nick sea la primera persona en todo el tiempo que llevaba en América que se refiere a Zack como mi novio. Y hablando de novios, debía avisarle. Se lo comento a Nick y ambos salimos de la habitación, justo cuando Nick cierra la puerta, Zack abre la suya. Al parecer ya hay bastante más barullo en la planta.
Recibo a Zack con una sonrisa que no es correspondida, dirige su mirada a Santino y después a mí, creo que su mirada transmite información equivocada a su mente, la cual ha decidido que el apellido de Nick definitivamente no le hace justicia.
Asiente con el rostro enfadado y vuelve a entrar a su habitación dando un portazo.
-¿Pero qué…? ¡Zack!- golpeo la puerta.- ¡Zack no seas crío!- me arrepiento al instante de esas palabras, obviamente ofendiendo no consigues que te abran puertas.

domingo, 30 de octubre de 2011

Capítulo 47


Baños, duchas, habitaciones cutres que fingen ser camerinos, Zack me acompaña durante  toda una ruta turística por la diminuta sala. Me encanta el ambiente que se respira, acordes colgados en las paredes, rasgueos estampados en las ventanas, y aire infestado de rebeldía.
Ya se empiezan a oír algunos gritos de las fans, acompaño a los chicos hasta su camerino, no tienen ningún ritual concreto, se reúnen, hablan, comentan, pero sobre todo, bromean, es difícil no salir con la mandíbula desencajada después de diez minutos al lado de Alex Gaskarth.
Me despido de todos justo antes de que salgan a dejarse la piel.
 Los conciertos, son de por sí, momentos únicos e irrepetibles, ninguno igual a otro. Guardo este en un cajón muy especial de mi mente, justo debajo de la estantería en la que posé el recuerdo del reloj con Zack, el primer día que lo vi.
Mientras los protagonistas de le noche se duchan, aprovecho para alcanzar a Evan y Jake en el puesto de sonido, al parecer mi hermano tiene futuro como técnico de sonido.
-¿Nos vamos de fiesta?- Pregunto, como quien no quiere la cosa mientras Jacob me comenta emocionado y orgulloso para qué sirve cada botoncito del panel.
-¿En Los Angeles?
-¿Por qué no?
Mi hermano mira a Evan, invitándole a venir.
-Creo que algunos propusieron, salir esta noche, ya sabéis, es más que una rutina, una obligación… LA… Jack y Alex no se perdonarían el no salir esta noche. Venid si queréis. Aunque consultadle antes al jefe… ¡Hey Matt!
Matt, manager de ATL, se gira hacia nosotros, se encontraba recogiendo algunos utensilios del escenario y, sinceramente, en los videos parece mucho más agradable que en persona.
-¿Va a haber fiesta, colega?
-¿Lo dudabas?- dice entre agotado y molesto.
-¡No, señor!
Party Time, then. Los chicos no tardan en salir, y no son los únicos que se apuntan,  la mayoría de los componentes del tour se unen, artistas o crew.
Acabamos en uno de las mejores discotecas de la zona, reservado VIP ocupado por aquí los presentes en el mismo hotel en el que se hospedan, dos en uno.
El local no es conocido en la ciudad por sus grandes interiores, sino por la calidad de estos, paredes insonorizadas, acolchadas y perfumadas por doquier, luces fluorescentes y música imponente.
La sala reservada para VIP no tiene mucho de very ni de important, pero sí de people y es que, una gran parte del tour está allí, incluyendo algunos fans de la élite a los que invitaron los artistas conforme iban llegando.
Nos acomodamos en los sofás de terciopelo del local, con bebidas cargadas de hielo y promesas increíbles para la noche. Me senté al lado de Zack, entre él y Jack, en frente de Nick y Alex y alguno más que ni si quiera me había molestado en recordar sus nombres. En breves comienzo a reír por todo y a no poder parar de sonreír.
La música de 3oh!3 se hace presente en el local en seguida, Alex lanza una exclamación y levanta los brazos.
-Yeah! ¡Vamos a bailar!- grita bastante animado. Pero ninguno de sus compañeros está lo suficientemente borracho aún como para seguirle.- Vale, zorras, abrid paso.
Le sigo encantada, he de confesar que la sensación de perder el control de la mente es simplemente mágica. Obviando las advertencias médicas, es una gran experiencia el hecho de olvidar durante una noche quién eres, lo que has hecho ese día o lo que piensas hacer mañana. Bailo junto a Alex y personas ajenas hasta acabar derrotada por el calor y asfixiada por el fuerte sonido de la música, volvemos junto a nuestros compañeros. Me dejo caer en los brazos de Zack, quien se apresura a apartar con cuidado la copa que casi le derramo encima.
-¡Cuidado!
Como respuesta le rodeo el cuello con los brazos y le beso la oreja, no se mueve y continúa con su función de gigoló de discoteca, beber y permanecer follable sin hacer tonterías. Pues ya está, ya es público, no ha tenido que dar un mitin ni nada, era más fácil con un puto Martini.
Veo pasar a la camarera, parece que va disfrazada (o uniformada, vaya usted a saber) de vaquera, una vaquera pobre porque no tiene mucha ropa puesta. Me empiezo a descojonar con ese pensamiento: ¡una vaquera pobre! Le extiendo mi copa justo cuando pasa por mi lado.
-¿Me traes un vodka con soda, por favor?- La chica asiente con una sonrisa.
-No, mejor no- dice Zack, aunque la chica no llega a oírle.
-¡Otro para mí!- Exclama Nick, al que sí oye.
-Tenemos gustos muy parecidos, Nick- digo recordando vagamente la conversación de la playa.
-¡Deberíamos fugarnos a Las Vegas y casarnos!- nos empezamos a reír ruidosamente y brindamos con nuestras copas cuando la vaquera cumple con nuestro deseo.
Veo que Zack sonríe, parece interesado en seguirnos la corriente, su sonrisa dice poco, pero su mirada de odio asqueado a Nick dice bastante más. Le beso en los labios intentando que no malinterprete las cosas, ninguno de los dos.
-Me voy a ir- dice Zack separándome de él con cuidado. Me da un leve beso en la mejilla y se acerca a mi oreja- te veo arriba ¿vale?
-Claro.
Ya no localizo a nadie de los que habíamos comenzado la noche juntos, tan solo Nick y Halvo siguen en el sofá, también he perdido la pista de mi hermano, pero decido no preocuparme por eso ahora, lo llamaré en un par de minutos. Hablo de tonterías con mis acompañantes hasta que se nos acaban las trivialidades y decidimos no introducirnos en pensamientos más íntimos.
-Me subo a la habitación, chicos- nos anuncia Nick de nuevo. Se gira hacia a mí- Tengo la peli preparada, Melanie.
Mierda, mi mente me advierte de algo, algo que ya había olvidado, ¡había quedado con Nick esta mañana para ver Charlie y la fábrica de chocolate! Intento pensar con claridad una solución para intentar repartir lo que queda de noche entre Nick y Zack, solo yo me puedo meter en estos marrones. Sin embargo, Halvo no me ayuda mucho con mi problema, se sienta a mi lado y me coloca otra copa en las manos.
-Oye me ha encantado conocer a tus amigas, esta mañana, me lo he pasado muy bien.
-¡Y yo! ¡Y ellas, seguro! ¿Sabes que eres el primero que las conoce? Bueno, Zack ha hablado antes con Airin, pero no tanto como tú hoy…- No puedo parar de hablar.
-¿Debería sentirme afortunado?
-¡Mucho!
-¿Vendrán algún día?
-¡Oh, por supuesto!
-Llámame ¿vale? Tengo un par de clases pendientes con Airin.
Le miro profundamente divertida, así que Halvo y Airin… Asiento sin saber muy bien por qué y le extiendo el Iphone a mi acompañante para que me anote su número.
Decidimos volver a las habitaciones de nuevo, la planta número diez nos recoge con una calma que ya no recordaba y mi mente parece reacia a aceptar después de la gran fiesta que ha vivido. Despido a Halvo a puertas de su habitación y me dirijo a buscar la habitación de Nick y Andrew, recuerdo su número, no podría ser más inoportuno: la puerta de la habitación enfrente de la de Zack me muestra el cartelito de éste número amenazante. Atrévete a llamar. Miro mi reloj, son las 5, puede que me dé tiempo a ver la peli y después ir con Zack… o quizás debería ir directamente con él, después de todo lo que hemos vivido… o quizás… Empieza a sonar el Iphone, es Jacob.
-Hola, brother.
-¡Mel! ¿Dónde estás?
-En el hotel.
-Piensas… esto… ¿pasar la noche allí?
-Sí ¿tú dónde estás?
-En la estación de autobuses, en diez minutos sale uno para Hurtington Beach, pensaba esperarte pero bueno…
-No, no importa ¿estás seguro, Jake? Podrías dormir aquí y nos volvemos juntos mañana…
-¡Si hombre! Ahora en seguida vuelvo, no te jode- se ríe.- No, Mel, me voy a casa ¿vale? Mañana llámame cuando vengas.
-Ok.
-Buenas noches, Mel, no hagas ninguna locura.
-Descuida, Jake.

miércoles, 6 de julio de 2011

Capítulo 46

Detecto en seguida el portátil de Zack en el baño, enchufado a la corriente. Como si oliera la conexión wifi en el ambiente me conecto internet en nanosegundos. Instantes después descubro a Airin conectada, le ametrallo a preguntas en el chat que responde como puede. Llega un momento en el que le dejo hablar y me explica que está esperando a Mpi, sin pensármelo demasiado, les mando una petición de video conferencia.
Me tumbo en la cama para no perder detalle de sus detalles, Mpi no puede parar de apartarse el flequillo cada 20 segundos y Airin es una obsesa del movimiento del piercing de su labio inferior. Jamás pensé que echaría de menos tantas chorradas. En cualquier caso, una barata conexión de hotel que apenas lleva la imagen y el sonido compaginados no me deja disfrutar al máximo de lo que más extraño. La cam no hace justicia a la perfecta sonrisa de Mpi, ni a los preciosos ojos de Airin, pero es lo que hay.
Mientras hablamos me doy cuenta de que hace casi medio año que no las había visto. Me olvido del teclado, gracias al avance tecnológico, nuestras voces son las líderes de la conversación.
-Dios mío, como os echo de menos. –Suelto de repente, cortando el hilo conversacional y anudando uno nuevo mucho más emotivo.
-¡Y nosotras!- suelta Airin.
-¿Cuándo piensas pasarte a vernos?- pregunta Mpi con cara de pena.
-Por favor, Mpi ¡qué preguntas!- interviene Airin- entre Zack, su papi, Jake… ¡no creo que quiera volver!
-¡Pues claro que quiero! Pero aún no sé… no estoy segura de muchas cosas…
-No importa, siempre nos puedes invitar, apuesto a que en tu casa hay sitio suficiente.
Por supuesto, Airin nunca desaprovecha una oportunidad de viajar.
-Puedo hablarlo con papá…
-Pues ¿a qué esperas?
Sin darnos tiempo a acabar con un tema, comienzo enseguida con otro, no porque intente evitar el anterior, sino porque con ellas los pensamientos me van mucho más rápido de lo normal, soy suprahumana con estas chicas.
-Tías, ¿sabéis qué?- Ni siquiera espero a que respondan y les explico con detalle todo lo que ha pasado hace escasos momentos con Zack, incluyendo todos los detalles. Al finalizar, ambas se miran con las cejas levantadas y se echan a reír.
-¡Madre mía, Melanie..!- Mpi ni siquiera puede acabar la frase.
-Jajajajaja, déjala que aproveche… Por cierto, Melanie, ¿qué tal está Jack y compañía?
-Muertos, creo…- Me fulmina con la mirada, a través de la cam aún puedo seguir sintiendo la enorme paciencia que tiene que tener conmigo, me echo a reír y antes de poder contestarle llaman a la puerta.
-Un momento, chicas.
-¡Ok!
Aparto el ligerísimo portátil de encima de mí y me encamino a la puerta, con el simple pensamiento de responder: “está en el ensayo”. Pero, para mi sorpresa, no me encuentro con un buscador de Zack. Allí aparece el gran Halvo.
-Hola…
-Hola, Melanie.- Me responde con una gran sonrisa, sonrisa que, de hecho, asusta.
-¿Quieres algo?
-Pues… a ti, me manda Zack.
Y sigue con esa sonrisa de violador. Abro un poco más la puerta para que pase.
-Dame cinco minutos.
Me dirijo al rincón dónde había depositado mi bolsa y saco mi camiseta de conciertos, me la pongo por encima del bikini, no me he percatado hasta el momento, pero Halvo inspecciona la habitación hasta toparse con el ordenador en el que, por supuesto, seguía en marcha la videoconferencia.
-Wooooo…- Y, como si estuviera en su puñetera casa, se arrodilla en el suelo, de cara al ordenador.- Hey.
-¡Hello!- Oigo que responde en seguida Airin.
-Where are you from girls?
-Spain!
-Melanie is from Spain too. Are you her friends?
-We are like sisters!
-I see, I see
El chico parece sentirse a gusto con la conversación y lo demuestra acomodándose en la cama con el ordenador, le miro con incredulidad y me devuelve una carcajada divertida. Me encojo de hombros y me siento a su lado para vigilar que nadie me robe a mis amigas.
El cuarteto video conferenciante acaba descojonándose durante minutos, Halvo se pone tenso de repente y me mira arrepentido, me grita una disculpa, a mí y a las chicas del ordenador, anuncia una despedida. Partimos.
Llegamos tarde, ese hecho es como un rito para mí, pero algo me dice que no para Halvo.
-Espero que Zack no se moleste…- dice mirándome, esperando una disculpa antes del juicio final.
-No, tranquilo- intento interpretar el papel de Dios de le mejor manera posible.
Entramos en la sala, al parecer, el ensayo de All Time Low ya ha pasado, We the Kings están sobre el escenario. Todo el mundo parece tener una tarea concreta que realizar. Localizo a Jacob, está con Evan en el puesto de sonido. El susodicho bajista no tarda en localizarnos.
-¡Por fin! ¿Qué ha pasado?- nos pregunta.
-Mucho tráfico.
-Nos perdimos.- Halvo y yo hablamos a la vez, le miro confusa, maldigo no haber planeado mejor la excusa.
-Nos perdimos porque había mucho tráfico.- Intenta salir del apuro Eric.
-Sí…- corroboro- Halvo pensaba que conocía un atasco, ha sido una aventura…
Zack acaba riendo.
-Vamos, anda. -Zack pasa un brazo por mi hombro.

jueves, 19 de mayo de 2011

Capítulo 45


En la habitación no se me ocurre nada que hacer, no creo que ponerme a cotillear sea un buen pasatiempo. Probablemente, si no tuviera tal grado de confianza con Zack y fuera una stalker más, sí que podría haber rebuscado entre sus cajones y buceado en su armario; pero no, me dedico a salir al balcón y contemplar las vistas al mar… mmm sí que es un poco mimado; me apoyo en la barandilla mientras oigo la puerta.
-Estoy aquí.
Él se acerca y, desde la habitación se queda mirándome: pasea su vista a mí alrededor, del cielo a mi rostro, de mi rostro al cielo. Estoy a punto de comentarle lo incómodo de la situación, pero se apresura:
-¡Nononono! ¡No te muevas!
Se acerca a su maleta y saca su profesionalísima cámara de fotos. ¿Más fotos? Me río con su gesto, jamás me había sacado una foto, a pesar de su pasión por esta disciplina artística.
-Mira para allá.- Me señala al cielo.- No, no gires todo el cuerpo.
Finalmente, él mismo entra en el balcón y me coloca en su posición predilecta. Yo me dejo hacer, creo que siempre me he considerado un poco su marioneta, no en el mal sentido de la palabra. El sonido de la máquina inunda el momento, sigo sin moverme tras esto. Oigo como Zack toquetea algunos botones.
-Me encanta…- susurra él. Le sonrío y, muy a mi pesar, se escabulle de mi lado y se dirige a la ducha para cambiarse de ropa.
Durante el tiempo que permanezco ante ese espléndido y “angelical” paisaje, no puedo dejar de pensar… Reflexiono sobre muchas cosas: desde el cambio climático hasta la respuesta de Zack a Cassadee esta mañana, ha dicho “es una amiga” ¿verdad? Igual no lo he oído bien, pero creo que esa ha sido su respuesta ¿soy su amiga? Pensé que habíamos pasado esa fase. Recuerdo patéticamente la primera vez que estuve a su lado cuando se duchaba: fue en su casa, yo estaba en su sofá viendo la Mtv y ahora, bueno ahora ni siquiera me he detenido a prestarle atención al sonido del agua; no quiero decir que me sea indiferente, obviamente, en ningún momento de mi vida me podría resultar indiferente Zack, simplemente está superado, pensaba que no tendría que profesarle más envidia a la ducha, aunque claro, si soy “su amiga” debería…
No tarda en salir de la ducha, va vestido con ropa ancha y cómoda, se dirige hacia mí con gesto cariñoso, se apoya a mi lado, sin apenas rozarme y su ojos se posan en mi, aun estando de perfil puedo sentir como me recorren, empiezan por el pelo, donde se detienen mucho, mucho, demasiado; su siguiente destino es mi boca, relamo mis labios para que no den la impresión de sequedad, finalmente acabo riéndome de mi misma por mi estupidez. Él sonríe también sin apartar la mirada de mí.
-¿Te molesta?
-¿Qué me mires? No, supongo que no… -Recuerdo mis reflexiones- Pero dime una cosa, ¿miras así a todas tus amigas?
Él sonríe más y retira la mirada, de repente sus pies descalzos cobran toda su atención.
-¿Qué ocurre, Mel?
-Es solo por lo que has dicho antes… cuando me presentaste a Cassadee…
-Te presenté como mi amiga, sí…
Bien, parece que él también sabe a qué me refiero ¿y aún me pregunta que qué ocurre? Desde luego Zack no es míster obviedad. Suspiro, no me gusta esta situación, para Zack parece ser una simple conversación más, pero yo no me siento igual en absoluto.
-Bueno… vale, soy tu amiga pero pensaba que…
-Melanie, ves al grano.
-Te quiero, Zack.
Con esa última frase se escapa todo mi aliento, todo mi aire, me olvido de respirar. Él vuelve la mirada en seguida a mí tras oírlo, su expresión ha cambiado totalmente, leo sorpresa, cariño, temor… Dios mío, nunca me imaginé diciéndole algo así a nadie, a nadie como Zack quiero decir, por supuesto antes se lo he dicho a muchos familiares y amigos pero…
Él parece confuso y su inseguridad se ve reflejada en mí rápidamente, me siento desnuda ante él, ya no hay nada que esconder, nada que me pertenezca a mí y a nadie más, ahora Zack ya es consciente de todo, obviamente, antes también lo era, pero el hecho de decirlo en voz alta supone deshacerme de una parte de mí que necesito; no deseo retroceder en el tiempo para tragarme mis palabras, solo deseo que me sean devueltas… de sus labios.
Espero una respuesta que no parece dispuesto a producir. Me derrumbo. Tirarme por el balcón, sí, buena idea, si en tres segundos no ha respondido…
No es necesario ni contar el tiempo, en milésimas imperceptibles tengo su rostro enfrente de mí robándome el escaso aliento que me quedaba después del mal trago. Rodea mi cuello con sus manos y me siento desfallecer, por fin suelto toda la tensión que había acumulado en ese minuto de la mejor manera posible, mis labios se unen a la danza que han provocado los suyos. He ahí mi respuesta.
Vendería todos y cada uno de los sueños que me quedan por soñar solo para no romper el momento, sin embargo, él separa mi rostro del suyo (literalmente) y se queda mirándome mientras se ríe infantilmente.
-¡Qué tonta eres!
-¡Qué romántico y adecuado comentario!
Se separa por completo de mí cortando cualquier tipo de contacto físico.
-Dije lo de amiga a propósito. Pensé que si le dabas importancia a ese hecho era porque realmente te importo, no somos solo amigos ¿no?
-Ya te hice esa pregunta una vez…
-Sí, en un vuelo hacia Nueva York, pero ahora lo pregunto yo ¿qué somos?
Me ha puesto en un compromiso, no seré yo la que lo diga. Le paso los brazos alrededor del cuello y para ello necesito colocarme de puntillas.
-¿Felices?
-No… incorrecto…
-¿Por qué crees que tenemos miedo de decirlo?
-Porque somos idiotas.
-Quizás sea porque… no podemos perder algo que no tenemos…
Parece que mi comentario le hace reflexionar y acaba dándome un sencillo beso otra vez.
-Pues creo que esta vez debemos arriesgarnos a tenerlo.
Pedimos la comida desde la habitación: fideos chinos. Tras nuestra conversación parece que todo va a ser más fácil, parece. Zack opina que le contará lo nuestro a los demás después del concierto. Por supuesto, Jack ya lo sabe, pero es el único y, al parecer, no ha dicho nada.
Tres horas más encerrados aquí y acabamos tumbados de la manera más extraña en la cama: él encuentra cómodo el hecho de estar tumbado a lo ancho de la cama con las piernas flexionadas y, por mi parte, apoyo mis pies en la pared y mi cabeza en la dura almohada que es su abdomen. Compartimos pensamientos prohibidos para el resto de la humanidad, reímos y lloramos multitud de veces. Cada momento en silencio da paso a un nuevo espacio de tiempo en el que me encuentro en plena comunión con él. Pero, desgraciadamente, en este momento no experimento algo así. Ahora tengo miedo, miedo de perder esto y no es un miedo sin fundamento, es un miedo plenamente lógico: esto se va a acabar en breves momentos y probablemente no lo volveremos a vivir en cuatro meses si hay suerte, o quizá nunca, quién sabe.
Tocan a la puerta, Zack resopla molesto, me levanto para dejarle espacio, pero algo en su mirada me ruega que le ruegue que no se mueva y así lo hago, paso mis brazos por su cintura y niego con la cabeza.
-¡¿Qué?!- Grita Zack sin moverse.
-¿Zack? Hay prueba de sonido, hermano.- Contesta una voz masculina que no reconozco.
Zack pone los ojos en blanco y, sin otra opción me levanto y le miro animándole a ir, no necesita que le retenga, necesita ir.
-¡Ahora voy!
Antes de desaparecer por la puerta, se gira hacia mí.
-¡Por cierto, tenemos algo que terminar!- Me dice con gesto pícaro.- Te veo esta noche, Armstrong.
Me río y asiento con la cabeza, cierto, recuerdo el momento de nuestra despedida… sí, definitivamente hay algo que terminar. 

jueves, 10 de marzo de 2011

Capítulo 44


-¿A Rocket to the Moon?-aventuro.
-Correcto.
-¿Cuál es tu rol?
-Aparte de ser el único que tiene un poquito de decencia en el grupo, voz y guitarra.

Me río con su comentario. Y no puedo evitar emitir una radiante sonrisa cuando le miro, parece una persona realmente agradable y muy natural. Sus tatuajes pueden asustar al principio, pero tras un par de frases y un trío de miradas un tanto indiscretas, descubres que lo hacen más dulce. Sinceramente el tattoo de ET sobre el hombro derecho es el que más me llama la atención, es la prototípica imagen de la película: el extraterrestre volando en la bicicleta del protagonista.

-¿Amante de ET, eh?
-¡Es la mejor película del mundo!
-Mmm sí, bueno, no está mal…- (DISCREPO TOTALMENTE CON SU COMENTARIO)- Pero siempre he sido más de Charlie y…
-¡La fábrica de chocolate!- Se gira inmediatamente hacia mí tras completar la frase, parece más animado conforme avanza la conversación, nos reímos.- Sí, tienes razón, esa es genial.
-La vi el otro día, es una especie de terapia, siempre viene bien saber que puede haber gente como Charlie en el mundo…
-Sí… si todos fuéramos como él sería todo tan fácil ¿verdad?

Y así continuamos con un análisis de lo más detallado de la película, empezando por el personaje de Charlie y acabando por repasar la coreografía de los Umpalumpas (en este punto tuvimos ciertas discrepancias y recibimos muchas miradas de incredulidad por parte de nuestros compañeros tras nuestros intentos de reproducir dicha coreografía).

-Dios, ahora me apetece volver a verla- añado.
-¡Podríamos! La buscaré luego en Itunes, pásate esta noche después del concierto si quieres, verás como llevo razón y el cuarto paso es el de los brazos.
-¡Es brazos-piernas-brazos-piernas!- Digo exasperada.- Pero me encantará dejarte mal de nuevo.
Se ríe y niega con la cabeza.
-Pues decidido, te veo luego, mi habitación es la 1086, estaré con Andrew, que es el batería.- Me señala al chico que tiene la posesión del balón en este momento.- Y bueno, el que viene hacia nosotros ahora mismo es Eric, más conocido como Halvo.
-Eh, tío.- Le dice Halvo a mi compañero- mira…- Eric se coloca una especie de piedra en la boca encima de la mandíbula- ¡Encontré un diente!
Nos echamos a reír y Nick niega con la cabeza, le parece difícil de creer, me comenta que Halvo siempre acaba sorprendiendo a la gente por su estupidez, el inculpado le devuelve el piropo con el dulce gesto de fuck.

Halvo se une a nuestro club de los “aburridos” (en realidad, tranquilos) y la verdad que al principio me resulta un poco incómodo: no sé si continuar con la conversación que tenía con Nick o volver a establecer una en la que también pueda introducirse Halvo, por dentro maldigo, y mucho, al compañero de banda de Nick, por entrometerse, pero al final acaba gustándome también, es muy divertido aunque sus puntos podrían ser considerados como esquizofrenia fácilmente por cualquier persona sin necesidad de cuatro años de carrera, en cualquier caso, le pasaré el número de mi amiga Airin, para futuras complicaciones.

-Tíos… se me han mojado los zapatos…
-Normal, si te pusieras chanclas como todo el mundo para ir a la playa…- Le recrimino.
-Pero si tú también llevas deportivas.
-Yo tengo la excusa de que no sabía que iba a ir hoy a la playa, pensé que las zapatillas son lo más cómodo para un concierto.
-¡¿Vienes al concierto?!- Me pregunta Nick. Asiento contenta por su reacción tan espontánea.

Ambos chicos no tardan en despedirse de mí para ir a comprar unos helados, con la conciencia libre de la culpa que les supondría dejarme sola puesto que Jake ha acudido a mi vera tras breves pero devastadoras palizas a sus contrincantes.

Nick consigue arrancarme otra sonrisa antes de desaparecer: coloca su piropeado sombrero sobre mí con una amplia y encantadora smiley americana que muy pocos tienen. Detecto que algunas fans han descubierto a los chicos, pero, ellos encantadores, como siempre, posan espléndidos y en bañador con las chicas.
Jake y yo posamos también, pero para nuestra cámara, aprovechando el sombrero de Nick decidimos fotografiarnos haciendo muecas para que quede patente el grado de estupidez al que podemos llegar, en cualquier caso, nos reímos como nadie.

Cuando llegas al punto en el que nada te sorprende, te sorprendes. Pues eso hice, me sorprendí al ver venir a un par de chicas hacia nosotros. Las impresionantes chicas, rubias y puramente californianas nos piden amablemente una foto, mi hermano y yo nos miramos extrañados y nos encogemos de hombros... Pienso que igual nos han confundido con alguien del crew.

-¿Cómo no?- Respondo y dejamos de lado las caras tontas y la intimidad de nuestra cámara digital para enfrentarnos a la Nikkon de aquellas chicas.

En algún momento alguna de ellas comenta que es una lástima no haber encontrado también a Zack, estoy tentada de decirles dónde se encuentra, pero por algún egoísta e individual motivo decido no hacerlo.

Y cuando el rey de Roma decide salir del agua, acude inmediatamente hacia mí, muchas chicas siguen allí; por un momento no sé dónde meterme, quizás si empiezo a cavar en la arena pronto estaré bajo tierra, sí puedo probar… Mierda, Zack también se ha dado cuenta de todo porque la sonrisa que tenía nada más salir del mar se ha esfumado en segundos. La verdad es que nunca había pensado en cómo actuar con sus fans respecto a esto, por varias razones: la primera que yo también soy fan, después está el hecho de que ni siquiera nosotros tenemos claro lo que somos y, por último falta decir que no somos dos personas que disfrutemos especialmente con la popularidad, de hecho, él ya estuvo a punto de dejar la banda por varios motivos que no vienen al caso.

De todos modos, no hay un agujero lo suficientemente grande por el que caber  en este momento y Zack parece haber salvado la situación esquivando mi mirada y dirigiéndose a sus compañeros.

Es hora de volver.

Jake se queda con Evan, compañero de equipo, además de victorias y yo me dirijo al hotel. Por el camino, veo a Halvo en la puerta de la tienda de helados, dando ridículos saltitos.
-Hey.
-¡Hombre, Melanie!
-¿Todo bien?- Dirijo mi mirada a sus pies.
-Quema…- responde él leyendo mi pensamiento- y no me dejan entrar sin zapatos, pero mis zapatos…
-Sí, lo sé. – Me río.- Siempre puedes andar con las manos, apuesto a que sabes hacerlo.
-¿Qué te hace pensar que sé?
Me encojo de hombros ¿Acaso no tiene pinta de que le gusta ir al revés del mundo?
-Pues no, no sé, sabía de pequeño… estoy pensando en probar con la rodillas cuando ya se me haya derretido el pie, puedo fingir ser un mutilado de la guerra.
Asiento embobada… qué conversaciones más extrañas tengo con este chico siempre.
-Si quieres te dejo mis zapatillas…- Es lo mínimo que puedo hacer, siempre intento ayudar a la gente como puedo y no tengo ninguna otra manera de ayudarle a él.

Halvo mira con el ceño fruncido las converse que calzan mis pies. No estoy segura de que un 37 sea su talla perfecta, pero mejor que quemarse…

-Igual si los parto en dos me cabe la mitad en tu zapatilla, nah, no importa, gracias, Melanie.

El resto de la banda sale del bar con unos cucuruchos, Nick lleva dos y le extiende uno a Halvo, suelta una carcajada al volverme a ver y comenta algo de lo ilegal del acoso. Finalmente conozco a todos los componentes de la banda, pero por poco tiempo: es la hora del paintball.