domingo, 6 de mayo de 2012

Capítulo 49


-Zack, acababa de llegar de la fiesta, solo la había invitado a un café.- Nick mira desesperado el reloj, ya le había retrasado bastante el hecho de preparar aquel corto desayuno, pero no puede permitirse el lujo de robarse cinco minutos más. A Rocket To The Moon no son los privilegiados.
-Déjame a mí, Nick, o llegarás tarde.
-No, pero es que me sabe mal, si ha sido una tontería.- Me aparta cuidadosamente y se acerca a la puerta- Merrick, colega, no es lo que piensas. Va, tío, sal un momento.
El resto de habitantes de la planta décima empiezan a mirarnos con curiosidad. Pero Zack se mantiene en sus trece y Nick se impacienta.
-Da igual, Nick, en serio.
-Hablaré con él cuando lleguemos al siguiente concierto, no te preocupes.
En realidad no estoy preocupada, no hay motivos para ello. Nick me roza suavemente el brazo con intención de despedirse, me acerco a él y le dedico un discreto beso.
-Ha sido un placer.
-Lo mismo digo.
Me veo abandonada en un pasillo repleto de gente, para variar. Por suerte, no me prestan demasiada atención, al menos, no lo hacen hasta que sale el que será mi salvación/condena.
-¿Qué haces ahí?- Alex me dedica una sonrisa mientras cierra la puerta de su cuarto y arrastra su maleta con un estilo solo propio de Gaskarth.
-Creo que Zack se ha enfadado…
-¿Qué has hecho?- no parece preocupado con la situación, más bien todo lo contrario, parece divertido, algo que me relaja bastante.
Me cuesta buscar una respuesta a su pregunta, ¿qué he hecho? Hombre, he llegado un pelín tarde de fiesta, vale; también he dormido en el pasillo, bad girl; he tomado un café con su vecino de habitación, merezco el infierno; sin olvidarnos de que he estado respirando su oxígeno mientras hacía todo eso, recibir  el perdón de alguien responsable de mí (mírese un padre responsable, no el caso de Billie Joe) después de haber hecho todo eso sería una misión complicada, pero no considero que tu novio merezca enfadarse por nada de eso.
-No estoy segura…
Alex piensa unos instantes, arrugando su deliciosa frente.
-¿Tienes tus cosas dentro?
-Sí- recuerdo en ese instante mi mochila con todas mis pertenencias.
Alex asiente y me hace una seña para que me aparte de la puerta.
-Ey, Zack, compañero- golpea tranquilamente- ¿Me dejas coger las cosas de Mel?- Silencio más absoluto, bueno silencio dentro de la habitación porque en la planta el jaleo era palpable hasta por mi madre que estaba en España- Tío, tiene que pillar el bus ya… ¿estás llorando? No me seas marica ¿eh?
Fue suficiente, la puerta se abre de golpe, pero nadie aparece tras ella, Alex señala su maleta:
-Cuídala, que Jack no se acerque- me susurra, yo asiento confusa, no entiendo por qué susurramos de repente.
Mi compañero entra en la habitación de Zack. De nuevo sola. Esto es demasiado surrealista ¿cómo he llegado a esto? “Sin tacones, Melanie” Sí, eso seguro, aún están en mi mano y sigo descalza. Airin en mi situación estaría encantada, más, más que encantada. Durante mi espera, Jack también abandona su habitación y al verme me saca la lengua, también aparecen Rian y Cassadee… por separado… pero de la misma habitación. Todos lo sabíamos, pero yo tengo la primicia, por un momento me siento afortunada, hasta que Alex por fin sale de la habitación. Me mira y aprieta los labios, mala señal. Recupera su maleta y pasa su brazo por mis hombros, empujándome suavemente hacia el ascensor.
-Va a estar difícil- me dice mientras bajamos.
-¿Qué te ha dicho?
-Aunque no lo parezca, Zack se come mucho la cabeza.
-Eso no es una respuesta lo que te he preguntado, Alex.
Llegamos al hall del hotel, en la entrada puedo ver el autobús de gira de All Time Low y varias furgonetas que se encargarán del resto. Supongo que la de ARTTM ya ha salido. Pero, como siempre, supongo mal.
-Puedes estar tranquila, ese taxi no es para ti- me dice. ¿Qué coño? ¡Yo ni siquiera me había dado cuenta de que había un taxi en la entrada!
Seguimos caminando hasta una furgoneta, abre las puertas traseras y deja caer en ella mi mochila con poco cuidado.
-¿Qué haces?
-Sube.
-¡¿Cómo?!
-Entra Melanie, va.
-¡No!
-Mira, Zack no te va a perdonar si no habláis y si no vienes con nosotros no vais a hablar hasta dios sabe cuándo.
He de admitir que tiene razón, con la única diferencia de que, como pariente cercana de la divinidad yo sí sé cuándo: dentro de dos meses. Me sé sus fechas de memoria, es inevitable.
-Uff esto de que Zack sea medio idiota no ayuda- digo subiendo con ayuda de Alex a la furgoneta. Sin querer, piso una un delicado edredón de Wall-e en mi ascenso, Alex me cubre con él.
-No salgas hasta que la furgoneta esté en marcha.