-¡¿Qué?!
Lo que me faltaba, ir de incógnito en una furgoneta ajena.
Obviamente sé que la manta es propiedad de los integrantes de ARTTM pero eso no
quiere decir que la furgoneta también, como ya he dicho, ellos han salido hace
escasos minutos. Lo único que me consuela es que ha sido Alex quién me ha
metido en este marrón, y todo el mundo respeta a Alex en este mundillo, así que
yo soy una simple víctima.
Permanezco muy quieta hasta que oigo a los ocupas del
vehículo entrar en él, me muero de ganas de saber qué banda me va a llevar de
material de carga, pero las instrucciones de Alex eran claras: nada de salir
hasta que la furgoneta se mueva.
-¿Puedo conducir?
-No tienes licencia, tío, ¿Dónde coño se ha metido Andrew?
Entre él y Nick vamos a llegar tarde, tenemos el primer turno para la prueba de
sonido.
-Si me dejaseis conducir esto no pasaría.
-No, no pasaría porque no llegaríamos ¡Hey Nick, Andrew,
vamos coño!
Bueno, duda resuelta, aquel edredón está donde debía estar,
con sus dueños. ARTTM, entonces, perfecto, a Zack le hará mucha ilusión verme
llegar a donde quiera que él esté escondida en la furgoneta de dicha banda. Por
desgracia para mí, la batería del Iphone es excesivamente potente, así que de
nuevo la tecnología jugó en mi contra y el aparto vibra en mi bolsillo y en los
oídos de los demás presentes en el vehículo. Justin se gira y destapa la manta,
¿Ahora es cuando yo grito “sorpresa” no, Alex?
-Hola…- digo muy tímidamente.
-What the hell..?- Justin y Halvo me miran sorprendidos como
si de la mujer Barbuda se tratase.
Podría cobrarles diez pavos por esto. Pero cobrar diez pavos
a dos pavos es éticamente incorrecto.
-Guys…- intento explicarme, pero Nick y Andrew se suben
rápidamente al vehículo, ninguno de los dos se percatan de mi presencia y
ocupan los asientos delanteros, Andrew de conductor y Nick de copiloto. El
Schumacher americano arranca violentamente, provocando que mi involuntario
cuerpo salga involuntariamente disparado hacia las puertas traseras. Una
involuntaria brecha se abre en la parte superior de mi ceja.
-¡Ten cuidado tío!- se queja Justin.
-Llegamos tarde, si no estamos allí en dos horas nos quedamos
sin prueba de sonido.
-Ah ¿ahora te entran las prisas, no?
-¿Melanie, estás
bien?- se preocupa Halvo.
-Me he dado en la cabeza- intento dramatizar un poco, a
vistas de que todo el mundo se está centrando en mí, alguno más estupefactos
que otros como Nick- creo que estoy sangrando.
-¿Melanie qué haces aquí?- se asombra el copiloto.
Intento explicarme mientras Halvo inspecciona mi herida, ni
siquiera puedo mirar a mi receptor a los ojos ya que las manazas de mi nuevo
doctor me quitan gran parte de la visión.
-Pues- pinchazo de Halvo + sobresalto mío- básicamente- de
nuevo pinchazo y cara de dolor- Alex me metió aquí para –gritito- solucionar
las cosas con – gritofemeninoinfernalprovenientedelagargantadeHalvo después del
manotazo que le propino- ¡no me vuelvas a tocar!
-Lo siento- se apresura a disculparse el que antes era
cirujano y ahora resultar ser carnicero.
-¿Pero qué narices intentas?
-Curarte…
-Está sangrando más, tío.- Se burla Justin.
-Haced lo que tengáis que hacer con ella, pero no podemos
parar hasta dentro de una hora chicos, lo siento.
-Está bien, no hace falta parar- dice Nick inspeccionando mi
frente en la lejanía.
Le miro desafiante, sus way farer negras no serán
suficientes para salvarle de una de mis
miradas de asco más repulsivas. Nada de esto habría pasado de no ser por su
culpa, por sus estúpidos y encantadores tatuajes, su mirada de cachorrito, su actitud
de care free… Nuestras miradas se habían unido más de lo políticamente
correcto, el contacto visual estaba durando demasiado…
-Aunque me meo, igual no vendría mal.
Sospechoso comentario después de nuestro encuentro furtivo.
Una parte de mi salta y sonríe malévolamente, la otra también salta y sonríe,
pero sus saltos son más alegres y dulces. Vamos, que ambas partes están
colocadas ¿Un poco de cordura, por favor? No tardo en darme cuenta de lo poco
cuerdo que suena pedir cordura en una furgoneta llena de locos.