Me despierta una alegre melodía en mitad de la noche, rectifico, la consideraría alegre si no fuera el motivo que me hace abandonar mi estado Rem, tengo ganas de estampar el maldito Iphone pero, ya que lo he cogido, lanzo una mirada soñolienta a la pantalla: Jacob. ¿Cómo puede estar llamándome a las 3:17 a.m cuando solo nos separan 6 escasos metros? Más le vale estar muriéndose o yo le daré motivos para llamar a Urgencias a esas horas…
-¡¿Qué?!- Pregunto aceptando la llamada, pero no tardo en arrepentirme: una fuerte melodía se oye de fondo, acompañada de gritos, me separo del aparato que, primero me despierta y luego me tortura, le empiezo a coger asco.- ¿Jake?
-Melanie, soy Joseph.
-¿Qué haces tú con el móvil de tu hermano?
-Eso no viene al caso, escúchame, Melanie, las cosas se están poniendo feas, ha venido la poli y…- (parte ininteligible).
-Joseph, ¿dónde estás?- No responde o no consigo oírle.
-En el baño- noto la angustia en su voz y, a pesar del ruido, creo que hasta puedo oír sus lágrimas- ¡dios mío, dónde me he metido!
-Vale, tranquilo, Joseph, no te pongas nervioso… ¡No te pongas nervioso!- Estoy histérica, en menudo lío nos acabamos de meter ambos, no pienso echarle una mano nunca más o la próxima vez que intente ayudarle con un problema acabaré en Guantánamo.
-¿Qué hago, Melanie?
Pienso rápido y estúpidamente.
-Vale, a ver, si te escondes en el baño pensarán que tienes parte de culpa. Provócate el vómito, así expulsarás el alcohol y si te preguntan diles que te han drogado.
-Dios, Melanie no estamos para tus trucos de película europea.
Europea, dice…
-Tienes razón, vale…- la música deja de sonar, alguien la ha parado.
-Joder, joder…
-¿Dónde están los polis?
-En el salón, creo y por todas las habitaciones pero al baño del tercer piso no han llegado aún… ¿qué hago, qué hago?
-Tranquilizarte, joder, me estoy poniendo nerviosa. ¿Crees que puedes llegar hasta la salida, hasta dónde te ha dejado Zack esta noche?
-No lo sé…
-Pues tienes que llegar allí. Te mandaré un taxi ¿de acuerdo?
-Vale.
-Sal echando leches de ahí ya, como te pillen estaremos jodidos los dos…
-De acuerdo, luego te veo.
Cuelgo y entro en la aplicación de internet del Iphone para buscar el número de los taxis, le indico la dirección a la operadora y luego salgo de mi habitación lentamente. Me siento en el portal a esperar a Joseph, con la alegre compañía del cantar de los grillos y una manta que me abraza acompañándome en la noche.
Por fin oigo la puerta, Joseph me recibe con una cara de alivio al verme en el portal. Está pálido, realmente lo ha pasado mal.
-Muchísimas gracias, Melanie, de verdad.
-De nada.- Le lanzo mi manta y se envuelve en ella.- Pero el móvil de Jacob se lo devuelves y págale lo que le hayas gastado de la factura.
Asiente y entramos juntos de nuevo en el paraíso que es la protección del calor del hogar.
A la mañana siguiente, descubro que Jacob ha recuperado su móvil, pero no solo eso. Mientras desayunábamos Adrienne, Joseph y yo apareció sonriente en la cocina.
-Mamá, ya soy mayor para que me vayas dejando regalos en la almohada.- Comunica mostrando un billete de 50$ a todos, Joseph ha sido un poco excesivo en las facturas ajenas.
-Yo no te he dejado nada, cariño.
Jacob mira a su hermano que sigue con su desayuno, intenta tomarse el tazón de cereales pero, con la cara que tiene, parece que le estén obligando a comer una taza de excrementos, se nota que lo de anoche no ha terminado de provocar los efectos secundarios… mi idea de expulsar el alcohol provocándose el vómito no parece tan estúpida ahora. Jacob me mira pero me encojo de hombros.
-Es lo que te debe Joseph.- El hermano mayor me mira cansado.
-¿Me lo debe?
-Sí… Te paga por ser su hermano, porque lo aguantes y tal…
Ambos se ríen y Jacob exclama que, en ese caso le parece poco.
-Eso explica- dice Joseph dirigiéndose a mí- que tu factura haya engordado tanto últimamente.
-¡Perdona! Yo pagaría por tener a Melanie de hermana toda la vida, si de verdad le estás exigiendo que te pague, ¡sal de mi casa ahora mismo!
Todos reímos, pero Joseph está tan podrido por dentro debido a la juerga de anoche que pota encima de la mesa, me aparto pero mi camiseta ya ha sido repateada por el fluido. Es realmente asqueroso y me voy corriendo a cambiarme de ropa perseguida por el olor a podredumbre.
Al terminar, el Iphone reclama mi atención, pero esta vez no me molesta, no solo por la hora sino por el llamante...
Ooh yeah, yeah! por fiin!! por cierto, yo tambien quiero 50 eurazos por hermano!! me forro XDDDD
ResponderEliminarme mola... pero quiero mas eh! >.< no me puedes dejar con ganas no vale!!