Al terminar de ducharme, en casa de Zack oigo gemidos e insultos que, si los escribiera, serían censurados mediante asteriscos en el lugar de las vocales… curiosa censura. Me dirijo a la habitación de donde proceden esas quejas rápidamente, sin ni si quiera pensar en qué ponerme: aún llevo la toalla alrededor del cuerpo pero es que no me he traído más que la ropa que llevaba. Zack está peleando con un puñado de sábanas intentando hacer la cama.
-¿Te ayudo?
-No, si yo…- se tropieza y cae sobre el colchón.- Maldita sea…
-Esas sábanas son pequeñas para esta cama.
-De acuerdo, voy a por sábanas…-dice rindiéndose- y vístete, me estás dando frío.
-Es que no me he traído ropa…- le digo mirando al suelo.
-Vale, te dejaré algo.
Regresa con un nuevo juego de sábanas y me tiende una camiseta de Kill Brand y unos pantalones de chándal.
-Siempre he querido una camiseta así…- comento mientras le ayudo a hacer la cama.
Una vez que está hecha me mira y pone los ojos en blanco.
-¿Te quieres vestir? Es increíble que tenga que repetírtelo.
Me río, no conocía esa faceta suya tan paternal. Una vez que he obedecido me dirijo a la cocina desde donde lo oigo trastear. Huele muy bien y recuerdo una de mis necesidades biológicas que había olvidado tras la pelea: el hambre. El anfitrión me pide que ponga la mesa y así lo hago.
Durante la cena le agradezco hospitalidad, él me responde que siempre es agradable tener compañía, e incluso a menudo echa de menos a sus compañeros de banda: al no tener tanto trabajo como el que le daban no sabe qué hacer con su tiempo.
Después de cenar vimos una peli: demasiado aburrida y además no entendía la mitad de los diálogos ¿qué clase de inglés era ese? Pero en fin, ahí estaba yo, soportando la soporífera película hasta que Zack dijo que se aburría y me preguntó si tenía sueño.
-Un poco.- Respondo.
Me acompaña hasta mi habitación, como si no hubiera estado antes “no olvidaré tu caída” pienso, agradeciendo no haber sido yo la que ha hecho el ridículo esta vez.
Dormir me resulta difícil, cada segundo se convierte en minuto y cada minuto, en hora; tampoco pienso en nada en especial, pero la sensación de estar durmiendo en la casa de Zack hace que me estremezca a cada instante. Llega un momento en el que oigo la respiración de dueño de la casa más pausada y sosegada que antes, por un momento tengo la tentación de levantarme e ir a su cama (siempre podré alegar sonambulismo) pero no me muevo, me quedo quieta prestando atención al sonido y así me duermo: con su respiración de banda sonora.
Me despierto bruscamente, como si alguien me estuviese llamando, pero no es así exactamente… Zack está parado en el umbral de la puerta y se asombra al comprobar que lo he descubierto, para disimular, entra rápidamente en la habitación, secándose el pelo con una toalla y con otra atada a la cintura. Abre la persiana y acto seguido, el enorme ventanal, haciendo que entre un viento madrugador muy frío cargado con olor a millonetis y a soberbia, me enredo entre las mantas y miro con mala cara al causante de mi sensación de frío antes de hundir mi rostro en la almohada.
-¡Buenos días, Princesa Durmiente!
-Haz el favor de vestirte, parece mentira que tenga que repetírtelo.- Le digo desde mi escondite, recordando sus palabras de la noche anterior. “Qué falsa eres, Melanie” pienso, y es que ¿a quién no le gusta despertarse con esas vistas? El asesino que ha eliminado minutos antes el calor que me abrazaba durante mi sueño se propone hacerme el peor (y mejor, a la vez) despertar de mi vida y me separa de las sábanas, estirándolas hacia atrás. Me quedo hecha un ovillo y sigo con la cara hundida en ese gran invento del ser humano que es la almohada.
-A eso voy, lista.- Dice abriendo un enorme armario corredero que yo antes pensaba que se trataba de un simple espejo, pero que esconde metros y metros cuadrados de ropa.
-¿Por qué me has despertado?- Le pregunto incorporándome y frotándome los ojos.
-¡Te has despertado tú sola! Yo ya llevo dos horas despierto y me empezaba a aburrir.
-Eres cruel…- digo con un susurro.
-No…- Dice con su conjunto recién elegido y sacudiéndome el pelo- Alguien te está esperando abajo.
Eso no solo despierta mi curiosidad sino también a mi propio ser y me levanto de un salto. Bajo las escaleras de caracol mientras él se dirige al baño para terminar de arreglarse. Salto los últimos tres escalones cual saltamontes y me dirijo corriendo al salón. Allí me encuentro con una mujer con la belleza de reina gótica y rostro de porcelana: Adrienne. Está sentada en la mesa central del salón con una taza en la mano.
-Hola, Melanie.
-Buenos días, Adrienne. – Un impulso maduro y racional casi me hace pedir disculpas por el numerito de ayer tarde pero ¿acaso no fui yo la atacada?
-Melanie, solo quiero decirte que yo no opino como Joseph dijo.
Me quedo callada mirando por la enorme cristalera con la que cuenta el salón, no es que esté evitando su mirada o la conversación, es que simplemente no sé qué decir.
-Pero tampoco quiero ser una madre para ti, ni siquiera una madrastra. Seguiré siendo la mujer de tu padre cuando vuelvas a casa, solo eso.
-No puedo volver como si no hubiera pasado nada, Adrienne. No puedo cruzarme con Joseph en los pasillos y fingir que lo que dijo lo he soñado, me gustaría hablar con él antes de regresar.
-Me parece bien, va a estar una temporada larga en casa encerrado, Billie lo ha castigado.
“Bien, papá” No hay mejor manera de arreglar las cosas con Joseph que con un castigo a raíz de nuestra discusión. ..
Zack baja justo cuando mi conversación con Adrienne ha terminado, ambos la despedimos y el chico me pregunta qué deseo hacer.
-¡Qué educado! ¿Has salido de la Edad Media?
-En realidad vengo del futuro.
-Mira, como el detergente.
primera!!! jajaj
ResponderEliminarweno decirte k... ME HA ENCANTADO LA PARTE EN LA K ZACK SE TE KEDA MIRANDO!!!!!!!!!!
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH K MONOOOOOO!!!!!
y luego hace como si nada y entra en la habitacion xD
jajaj me ha encantado ese trozo... *__*
sigue poniendo cosas asi xD
LEIDO! jajajaja hay partes que son mortales xDD
ResponderEliminar" oigo la respiración de dueño de la casa más pausada y sosegada que antes, por un momento tengo la tentación de levantarme e ir a su cama (siempre podré alegar sonambulismo)"
"-Haz el favor de vestirte, parece mentira que tenga que repetírtelo.- Le digo desde mi escondite, recordando sus palabras de la noche anterior. “Qué falsa eres, Melanie” pienso, y es que ¿a quién no le gusta despertarse con esas vistas? El asesino que ha eliminado minutos antes el calor que me abrazaba durante mi sueño se propone hacerme el peor (y mejor, a la vez) despertar de mi vida y me separa de las sábanas, estirándolas hacia atrás. Me quedo hecha un ovillo y sigo con la cara hundida en ese gran invento del ser humano que es la almohada."
2-¡Qué educado! ¿Has salido de la Edad Media?
-En realidad vengo del futuro.
-Mira, como el detergente."
JAJAJAJAJAJA, voy a leer el siguiente :D