Llego a casa justo a la hora de comer, el servicio está preparando la mesa en el jardín trasero, genial, me apetece una comida casera en aquel paraíso, pero estoy magullada, tengo agujetas hasta en las pestañas y los hematomas serían dignos de libro guiness de los records.
Me asomo por la puerta de la habitación de Jacob, se asusta de mi aspecto, pero no esperaba menos, parezco un lisiado de guerra: mis ropas están completamente arrugadas y mi postura no indica jovialidad precisamente. Jacob acude corriendo hasta mí con cara de preocupación.
-¡Melanie! ¿Qué has hecho?
-Jacob…
-¿No habrá sido Zack?
-¡¡Síiiiii!!¡¡Es culpa suya!! ¿Tienes pomada?
Él sonríe creo que ha descubierto que la culpa fue mía y solo mía… Jacob tira suavemente de mí por la muñeca y me arrastra hasta el baño donde me tiende un pequeño tubito con olor, no tengo muy claro con que identificar el olor pero desde luego, a algo que coloca. Recorro con mi mirada cada nuevo moratón de mi cuerpo, cada tatuaje, cada recuerdo vivido esa mañana…
Tengo uno bastante grande en la rodilla: Zack considera emocionante el skate y me arrastró a su patio dónde tiene un pequeño paraíso skater, caprichito de “divos”. Pues bien, empujada por su entusiasmo lo probé… Nada más que decir: mi rodilla da a entender suficiente, la acaricio con cuidado untándole el potingue de Jacob, está helado y, a parte, cada caricia es como un puñetazo. Ahora toca el codo, he de decir que este va a juego con el de la barbilla: fueron fecundados a la vez. Me llevó a la playa para conocer a sus amigos, todo normal, pero mientras él hablaba con ellos, se me ocurrió probar su tabla nueva… No lo recomendaré nunca más a no ser que me paguen con la moneda más cara e internacional del mundo, mi instinto me empujó a arrastrar la tabla hasta el agua y luego intentar colocarme de pie en ella: caída instantánea, barbilla y codo derecho chocaron con la dura superficie de la tabla y aún viene Zack riéndose hacia mí: “¿A quién se le ocurre subirse a la tabla en 30cm de agua?” Bien por mí, encima sus amigos no dejaban de reírse, pero no me importa, de toda la mañana solo me quedo con un momento mágico: entramos juntos a un bar para tomar algo y a él se le cayó la cartera del bañador, que oportuno el diminuto objeto, ambos nos agachamos a cogerlo con tanto ímpetu que el impacto de nuestras cabezas fue mítico, a él, al parecer, no le ha dolido demasiado, porque se ha levantado en seguida riendo a carcajadas, pero a mí me ha dolido hasta tal punto que mis lágrimas casi recomponen el Amazonas. Él me ha sorprendido sujetándome el rostro entre sus manos y posándome un beso en el lugar donde me había atacado con su cabeza mientras exclamaba: “Oh! Little girl!”
Me miro en el espejo, en la frente no tengo moratón pero está algo enrojecido por el golpe, de todos modos, no pienso profanar esa zona de mi cara con crema de porreros.
Salgo al jardín, huele a barbacoa y una sensación de alivio me recorre todo el cuerpo, como si me hubiese alimentado con ese simple olor. Tanto Adrienne como Joseph me miran asombrados, les explico que no se preocupen, que he tenido un día duro y emocionante.
La comida resulta agradable, Joseph sigue frío y distante conmigo, pero no tan borde, supongo que eso es un avance. Jacob está animado, tiene una personalidad que le hace estar así, cuando hay buen ambiente a su alrededor él está radiante y espléndido: de buen humor y se nota, nos lo contagia a los demás. La comida resulta un completo éxito debido a la gran noticia que nos da Adrienne a todos: Billie Joe llegará en dos semanas. Eso me anima, por fin volveré a ver a mi padre desde hace mucho tiempo. Aunque nadie sabe cuánto tiempo piensa quedarse, ha sido como una cascada de luz para todos y a mí aún me queda navegar durante el día…
Tras terminar la comida vuelvo a salir, había quedado de nuevo con Zack, nuestro plan inicial era ir a comer a algún restaurante de la playa pero ya que yo no estaba en condiciones de ir a ningún lado, lo habíamos aplazado para después de la comida. Cuando lo encuentro me informa alegremente de que ha conseguido dos entradas para la pista de snowboard artificial de la ciudad.
-Zack, si quieres matarme puedes hacerlo de otras maneras más sutiles.
Me mira preocupado, me derrito al ver su mirada de “siento haberla cagado otra vez”. Le sonrío y le pido elegir plan yo. No se niega. Bien, ha llegado la hora de comenzar a conquistar el mundo a base de instaurar costumbres españolas en USA…
Waaaaa!!! con el golpe de la cabeza me reido bastante xD
ResponderEliminaresk me lo imagino jajaj
el capi es muy corto... pero weno... me gusta k ya esteis mas unidos!! y empeceis a hacer cosas juntitos.. los dos solos ¬u¬
xD
jaja yo kiero accion!!! xD
jajaja lo del golpe en la cabeza ha estado bien, dejas el capítulo muy guay al final "ha llegado la hora de comenzar a conquistar el mundo a base de instaurar costumbres ESPAÑOLAS en USA... Así me gusta Marina! Poco a poco vas aprendiendo de mí! xD
ResponderEliminarPor cierto soy Ángel que me he hecho un nuevo blog!