Echamos a andar con dirección a la playa, tengo muy claro lo que busco y tengo claro dónde está, de lo que no estoy segura es de si la tarjeta de crédito que llevo en el bolsillo será suficiente para pagarlo. Una vez allí, me dirijo alegremente a un restaurante de estos que enseñan en los programas de españoles que se han mudado a otras zonas del mundo y con razón, en vistas del panorama…
Se trata de una pequeña sala, un simple hall donde el maître nos indica la dirección al verdadero restaurante: tras subir la cantidad de escalones equivalentes al Empire State, alcanzamos una azotea con vistas a toda la playa en la que unos biombos hawaianos separan a unos clientes de otros, el hombre nos acompaña hasta nuestra zona, cuenta con una mesa redonda de la altura de un pequinés y dos hamacas de mimbre con cojines que parecen de algodón de azúcar.
El camarero no tarda en traernos la carta, Zack siguiendo la tradición de sus colonizadores ingleses, se pide un té con hielo, yo siguiendo con la tradición española de probar cosas nuevas, me pido un batido cuya presentación en el menú es maravillosa: se trata de una piña vaciada por dentro y rellenada con alguna bebida refrescante, tiene buena pinta…
-Me gusta este lugar…
-Me alegro. El plan es dormir la siesta.
Me tumbo y noto una mirada asesina de Zack.
-¿Dormir? Será una broma…
-No, no es ninguna broma. En España dormimos después de comer.
-Pero no estamos en España y ya hace media hora que has comido.
-¿Y qué hacéis vosotros después de comer, maldito americano?
Nuestra conversación se ve interrumpida por la llegada del camarero, que coloca las bebidas y extiende una bandeja con la cuenta, pongo mi tarjeta y desaparece.
He acertado con la bebida, no distingo el sabor, es alcohólica pero está deliciosa y el detalle de encontrarse en una piña era absolutamente tentador. Me coloco el recipiente tropical en el regazo y cierro los ojos. La brisa me mece y el sonido de las olas estallando en la orilla me acaricia produciéndome una sensación placentera y, por supuesto, el hecho de que Zack esté tumbado en su hamaca ayuda a todo esto… ¿tumbado? Abro mis ojos y le miro disimuladamente… sí, está tumbado boca arriba con el vaso entre sus manos, sobre el pecho.
Vuelvo a lanzarme a los brazos de Morfeo pero no por mucho tiempo:
-Mmmm… ¿Melanie?
-¿Queeeé?
-No puedo dormir, estas no son horas…
Suspiro y me incorporo, él me imita, como si, al hacerlo yo, le hubiera dado permiso a él para hacerlo. Somos tan diferentes… él casi me mata esta mañana intentando introducirme en su mundo y yo casi lo mato de aburrimiento por lo mismo.
-Quizá no haya sido buena idea.
-¡No! Si la idea me encanta, el sitio, el tiempo, la compañía…- Le sonrío.- Pero no voy a dormir.
-Vale pues cuéntame cosas tuyas, entonces.
-No hay mucho que contar y lo que se puede contar está en wikipedia.
-¿Qué hay de lo in-contable?
-Suponiendo que te lo contara ¿qué te gustaría saber?
No tengo que pensarlo demasiado, sabía que se lo preguntaría cuando tuviera la mínima oportunidad.
-¿Qué locuras has cometido por amor?
Baja la cabeza sonriendo, como si se lo estuviese esperando.
-Solo una…- me retira la mirada y fija su vista en un punto más allá del mundo físico, intentado recordar- Me recorrí el país entero conduciendo, de mi casa hasta Nueva York, necesité dos días y apenas dormí por la noche.
-¿Funcionó?
Vuelve a posar sus ojos en mí y sonríe.
-Funcionó.
Dejo que el silencio nos empape por un momento, necesito centrarme, no sé muy bien como tomarme esa información. Por una parte, parece que está feliz con esa persona, por otra, wikipedia dice que está libre.
-Lo mejor fue el día que llegué, tocábamos por la noche en Los Ángeles y no me quedaba dinero ni gasolina para volver. Llamé desesperado a la organización, me tuvieron que pagar un vuelo exprés y luego me cayó una bronca impresionante…
Me rio con cada gesto, mueve mucho los brazos y apenas los labios, lo que hace que cada vez valore más el lenguaje de signos con él.
-¿Y tú?
-Pues yo no me he cruzado el país entero hasta la costa este en un par de días…
-¿Ninguna locura?
-Nada.
-¿Por qué dejaste España, entonces?
-Ya empezamos…
-¿No quieres contármelo?
-No es eso…-yo sola me delato, voz de excusa típica.
-Vale.
Le molesta y no intenta disimularlo, está claro que no le parece bien que, tras haber compartido una de sus experiencias conmigo yo no haga lo mismo, pero nadie dijo que esto era un intercambio.
-¿Qué es lo que más echas de menos?
-A mis amigos y a mi familia, algunas costumbres… No sé, soy muy privilegiada teniendo lo que tengo.
-Lo somos.
Zack se ha terminado su té y deposita el vaso helado en la mesa, se sitúa en la postura más cercana a mí, sentado con la mirada hacia mi presencia y entrelaza las manos.
-¿Amigos y familia?
-Eso he dicho.
-¿Nada más?
-¿Qué más quieres que me deje, Zack?
Él no responde y yo no le entiendo, pero la pregunta que iba a salir disparada cual fuego artificial por mis labios queda anulada con el regreso del camarero, “maldito sea el servicio snob”. Al terminar de guardar la tarjeta ya he olvidado por dónde iba nuestra conversación.
-¿Cuándo te irás?- me pregunta.
-Cuando tú me eches.- Bromeo, sé que quiere saber cuándo dejaré California para volver a enfrentarme a mi verdadera vida, pero por el momento no veo otra vida lejos de él, tampoco lo deseo. No sonríe con mi broma, me mira seriamente.- No lo sé…
-A todo lo que te pregunto o no lo sabes o no lo quieres saber, Melanie. No creo que una relación funcione así, no sé en España pero aquí nos gusta confiar en los amigos.
Le retiro la mirada, trago saliva y empieza la coctelera estomacal… Sé que tiene razón pero es Zack, no puedo verlo como a un amigo más ¿se lo digo? No, sí… ¿quizás? Maldita sea, se lo digo. Bebo un largo sorbo de mi bebida (aún tengo la ligera esperanza de que el alcohol termine el trabajo que yo no me atrevo a hacer) suena el ruidito de la pajita intentando aspirar en vano, se me acabó el tiempo, me toca.
-Es que… yo…- suspiro, va, de carrerilla Melanie- yo no te veo como a un amigo.
Él abre mucho los ojos, me mira pero no aguanto mucho la mirada. Se levanta ¿qué he hecho? Me he quedado sin nada, adiós al motivo que, en su día, me hizo no quemar la bandera. Pero Zack no se va, su reacción es la que menos me podría esperar.
El chico ocupa mi hamaca lentamente, se tumba a mi lado, empujándome a la esquina, de hecho, casi me caigo, no conseguía encontrar la neurona cerebral que me ayudase a conectar aparato locomotor con sistema nervioso, soy un simple muñeco manejado por el propio Zack Merrick. Él me pasa un brazo por detrás, de manera que quedo recostada sobre su hombro, me besa el pelo y, al contrario que la Bella Durmiente, me sumerjo en un profundo sueño.
Puedo decir que resulta la mejor siesta de mi vida, la única en la que sueño y realidad no quedan separadas por el despertar. Cuando despierto descubro que él también se ha dormido, creo que ya puedo morir, después de haber visto esa imagen podrían asesinarme y moriría feliz. Le acaricio la mejilla deteniéndome en cada poro, en cada célula. Parpadea hasta abrir los ojos por completo. Me mira y frunce el ceño.
-Maldita sea, me has convencido…
-A partir de ahora siesta todos los días.
-Si invitas tú, me apunto.
Son las nueve de la noche y el sol nos abandona, también la playa se ve despreciada por surfistas y bañistas lentamente. Zack me propone volver, pero me niego a levantarme, escondo mi cara más en su hombro: ocultándome de su propuesta en su olor a canela. No duro mucho, él se separa y me quedo sola.
-Vale, vamos a dormir, bebé…-le digo con reproche.
Para romper con el tópico, soy yo la que le acompaña a casa y, vale la pregunta de siempre… sí, hay beso, pero, para ser el primero me sabe a poco: nuestros labios se juntan por un instante pero, no puedo recrearme: un grupo de jóvenes nos interrumpen escandalosamente, juro que no me apetece otra cosa más en ese momento que prenderle fuego a sus casas una por una, miento, hay algo que me apetece más pero ya está entrando en casa y, de hecho, mi aparato locomotor va independientemente de resto del cuerpo y me está llevando de vuelta a mi habitación.
Me encanta baby!! lo sabes!
ResponderEliminaruna mini pregun... en los siguientes capitulos terminaras quemando algo americano? es que si te reprimes las ganas terminaras quemando a Zack xD y eso no puede ser xD
fuera de broma, me encanta... lo malo es que me subas un capitulo por año xD
siestaa!!!!!!!!
ResponderEliminarjjajaj perdon por la tardanza xD
asi me gusta, k zack duerma la siesta.. xD
y al final se a atrevido a contarselo a zack!!!!!
xD
mmmm... esta muy bien pero todo no muede ser de color rosa
xD
sigue escribiendo!!!!!^^
QUE FUERTE!!
ResponderEliminarNO HA SIDO MUY-.... PERFECTO? COMO UN CUENTO DE HADAS? DEMASIADO PERFECTO!!
PERO AÚN ASÍ MUY BONITO!
SIGO LEYENDO! ^^
ÁNGEL