Esa pregunta me desvela parte de sus intenciones y dirijo mi vista a la pantalla: la imagen de una discreta limusina me ilumina el rostro, al igual que a mi hermano. Pero Pepito Grillo no tarda en aparecer por mi mente, ¿es adecuado gastarnos toda nuestra paga para ir a recoger a nuestro padre? Despido rápidamente a Pepito Grillo, nunca he montado en limusina y la tentación es demasiado grande.
-¿Cuánto necesitamos?
-No lo pone.
-El problema, Jake, es que hará falta un adulto para alquilarla.- Digo con angustia desvaneciendo muchas de nuestras ilusiones.
-Mm, No te creas, no es una anuncio de una empresa seria, más bien de un particular.
Eso es una buena señal y espero que sea un particular fácil de domar, es decir, de sobornar, es curioso, los pequeños Armstrongs siempre utilizan esa palabra… “Domar” es una señal de cómo dominar a los humanos, si a los animales los domestican con comida, a los hombres se les doma con dinero. No hago ningún comentario mientras Jacob mira alternativamente del teléfono a la pantalla, se acerca el aparato a la oreja y emplea sus mejores armas.
Et… voilà! La tenemos, es nuestra, aunque Jacob cree que nos ha costado 300$ más de lo que debería. Nos pusieron algunas pegas con la hora, ya que la necesitaríamos para algo antes de las 7 y a los dueños y señores de la criatura les parecía muy pronto.
Es una maravilla, los asientos son de cuero negro, y, aunque no es demasiado larga, dentro podríamos tumbarnos los dos con facilidad, el conductor nos saluda amablemente y no se sorprende de nuestra juventud, imagino que ya le habrán comentado el detalle de que no viajará ningún adulto porque ningún adulto ha contratado la limusina, Jacob fue muy explícito en ese tema.
Es agradable, y muy confortable, y ni si quiera tenemos la incomodidad de que la gente se gire al pasar por su lado, aquí deben estar acostumbrados. Tardamos poco más de una hora en llegar al aeropuerto de Los Ángeles. Ahora solo nos queda encontrar la terminal por la que saldrá Billie, pero no será difícil, solo tenemos que localizar a una gran muchedumbre enloquecida. Simple.
Nos camuflamos rápidamente con gorras y gafas de sol probablemente no sea necesario, pero debemos prevenir para no llevarnos sorpresas. Confiamos en que Billie nos reconozca rápidamente y, sobretodo, no se enfade.
El vuelo llega puntual, pero él se queda rezagado entre la multitud, al parecer no va a ser tan fácil llegar hasta allí, los fans están muy reacios a hacer un hueco a los últimos en llegar. Parece tarea imposible y Billie comienza a despedirse, tiene un aspecto muy deteriorado y ojeras, está realmente cansado y una ráfaga de cariño me inunda al ver su rostro de nuevo, después de tanto tiempo… Si soy feliz en estos momentos, si no pienso en otra cosa que en contagiar esa paz que me rodea a los que están conmigo es gracias a él y, de repente, siento que estoy en deuda con mi padre, espero poder devolverle el favor que se merece algún día, pero Jacob me saca de mis pensamientos rápidamente.
-¡Qué se va!- Grita mi hermano.
-Vamos.
Lo cojo de la mano y tiro de él bruscamente para intentar, mediante empujones, llegar hasta Billie pero parece algo imposible y la seguridad con la que cuenta su espalda nos lo pone todo mucho más difícil. Finalmente Billie se escabulle por un pasillo, lejos de todos nosotros.
-Mierda.- Susurro, al parecer toda nuestro viaje ha sido en vano, la sorpresa jamás existirá y el gasto de la limusina habrá sido en balde, sin embargo, parece que mi acompañante no está dispuesto a rendirse tan fácilmente como yo. Jacob se desprende de sus gafas y su gorra Nike y comienza a llamar a gritos a Billie, lo llama por su nombre pero no funciona, finalmente grita:
-¡Papá!
Sigue sin oírle pero los fans más cercanos se han girado hacia nosotros, provocando un silencio sepulcral, Jacob repite su operación y, por fin, Billie Joe se gira para mirarnos a los ojos después de tantos meses, especialmente a Jacob. Con un simple gesto todos se apartan y corremos hacia él. Le abrazamos y, (prometo que esto no estaba ensayado) le tatuamos dos besos en la mejilla en perfecta coordinación. Billie parece emocionado, y centra sobre todo su atención en Jacob, es comprensible ya que hace casi un año que no se ven. No nos pide explicaciones y nos lleva directamente hacia su furgoneta.
Allí empieza el interrogatorio, después de los abrazos toca sufrir, así que, allá va otra de mis famosas teorías: después de la calma, siempre pero absolutamente siempre, vuelve la tormenta, lo mejor es no intentar evitarla. Le explicamos que intentábamos darle una sorpresa aunque no parece hacerle mucha gracia, ni siquiera ablandarle un poquito, nos comunica algo brusco que el aeropuerto estaba lleno de prensa y nuestra intervención no habrá pasado desapercibida. Jacob le pide y perdón y yo aprovecho para hacerme responsable del acto.
-No me tenéis que pedir perdón a mí, pedíroslo a vosotros mismos. Sabéis que no deberíais exhibiros así… Jacob, a ti todavía te protege la minoría de edad, pero Melanie, tú pronto tendrás que lidiar con esto y no me estás demostrando que sepas hacerlo responsablemente.
-Tienes razón… Pensé con el alma y no con la razón, es una mala costumbre que tiene un personaje público al que admiro ¿sabes?
-No, Melanie, no intentes hacerme cargar con la culpa, no te funcionará.
-Comprendo mi fallo, papá, y lo acepto, pero no me arrepiento ¿entiendes?
Billie suspira y mira por la ventanilla antes de volver a posar sus ojos en mí, entrecerrándolos.
-Melanie, creo que ese personaje tuyo es una mala influencia.- Termina con una sonrisa cansada.
Una melodía suave y, por qué no decirlo, hortera, nos saca a todos de nuestros pensamientos. Billie extrae un móvil de aspecto antiguo de su bolsillo.
-Genial, es Adrienne, a ver cómo salimos de esta… La próxima vez- dice separando el móvil de su oído cuando estaba a punto de descolgar y señalándonos- que intentéis hacer algo ilegal…- ¿otra reprimenda? Pensaba que con una era suficiente- pedidle consejo a Joseph, él sabe esquivar a Adrienne.
De vuelta en casa, no nos toca lidiar con ninguna reprimenda más. Adrienne está demasiado ocupada recibiendo a Billie y es que, aunque la sorpresa no acabara como tal, Adrienne sigue emocionadísima. Además, a él mismo aún le quedan sorpresas por repartir: para empezar, nos comunica que esta noche vamos a cenar a Los Ángeles y cuando Adrienne le pregunta por sus maletas, explica que las tiene en el garaje (las mías llegarán mañana) y que no se molestará en deshacerlas.
-Es más, cariño, haz las tuyas. Nos vamos a Miami.
Y antes de que Jacob se apresure a saltar como un loco y a gritar, hipócritamente, que ama su vida, Billie especifica que solo irán él y Adrienne.
-Bien, arreglaros si queréis venir a cenar. – Corta Adrienne, sabia conocedora de sus hijos, en vistas de las protestas de Jacob que se avecinaban.
jooo, ves? Adrienne tenia que ser yo... yo soy mejor, hubiera pedido que vengais tambien ¬¬
ResponderEliminarAl final vaya sorpresa, aunque he pensado algo que se contradice. Si bien todos los fans y la prensa saben que llega "hoy" como es que Ardienne no se entera... no hay television ni internet ni periodicos en vuestra mansion??
en fin, me ha encantado lo de "pedirle consejo a joseph" XD un puntazo ahah!! y lo de "tu personaje es una mala influencia"
el caso es que... quedas perdonada ^^