Es domingo y toda la patrulla de gente invitada por Joseph aún permanece en la casa. No dan señales de vida, al menos, no los dan ahora, porque la noche anterior toda California quedó enterada de que había fiesta en la casa Armstrong. Billie y Adrienne no tardarán en llegar y no puedo evitar tener la sensación de que todos los invitados de Josh han muerto por un escape de gas.
-Es lo que tienen las fiestas- apunta Jacob observador.
-Deberíamos avisarle de que sus padres no tardarán en llegar.
Tardo seis minutos en convencer a Jake de hacer algo para ayudar a su hermano. Ayuda fraternal, allá vamos.
Entramos por la puerta trasera a la cocina. Todo en orden, todo excepto por el hecho de que algunas latas están esparcidas por el suelo. Obviamente expuestas por alguien con muy mala puntería y es que las latas son de cerveza. Avanzamos hasta el pasillo que da a las escaleras. Mi hermano se queda quieto, con los ojos muy abiertos, he tardado en percatarme de que no me seguía, sus ojos reflejan lo que le ha detenido: la entrada en el salón principal de la casa está literalmente de resaca, una decena de personas se encuentran dispersadas por los sofás, mesas e incluso el suelo; acompañados por innumerables cajas de pizza, botellas de refresco, recipientes de Jack Daniel’s y un ligero pero pestilente olor a vómito.
-Cerdos.- Susurra Jacob.
Tiro de él para que suba conmigo, entre los caídos en la batalla de anoche en terreno-comedor no se encontraba Joseph.
Alcanzamos el piso superior. He subido con miedo a encontrarme a algo/alguien indeseado en mi habitación y el hecho de que la puerta esté cerrada cuando yo la había dejado abierta acentúa mi miedo cual sílaba esdrújula. Respiro profundamente antes de decidirme a abrir la puerta, atrás mío se encuentra Jacob, completamente enemigo de sus uñas, aún así, mantiene el dedo índice en contacto con sus dientes. Sujeto la manivela suavemente, como si quemase. Presiono. Noto algo extraño, un olor diferente me golpea al entrar en la habitación, quiere expandirse por una casa que no es la suya. Parece extraño pero me recuerda a España. Efectivamente, todo un ejército de maletas se encuentra repartido por mi habitación. Me invade una emotiva añoranza a la que sustituye rápidamente una infinita pereza: son demasiadas…
No estamos aquí para esto, salgo muy a mi pesar y me reúno con Jacob quien también ha inspeccionado su cuarto y una expresión de alivio recorre su rostro.
La puerta de la habitación de Joseph también permanece cerrada. Jacob me pide con expresión enfada que, por el bien de su hermano, solo entre yo. Así lo hago.
Me encuentro con una escena al más puro estilo “SKINS”, puedo decir que el olor nauseabundo termina por completar el cuadro. Es la primera vez que entro en el cuarto de Joseph, es más oscuro que el del resto de los habitantes de la casa, sus cortinas son más opacas y varios posters decoran las paredes: Green Day, The Ramones, chicas muy bien dotadas…
A excepción de mí, todos los presentes en la habitación permanecen dormidos. Presentes, correcto, hay varios. Para empezar, una chica algo menor que yo está tumbada en el suelo cubierta por una sábana y semidesnuda, otra chica rubia se encuentra en la cama, abrazada a Josh.
-Joseph- susurro.- Joseph… ¡Joseph!
Le cuesta, pero comienza a parpadear hasta abrir un milímetro los ojos. Me mira confuso. No tengo muy claro si se sorprende de verme allí o está intentando relacionar rostro con nombre dentro de la piscina de alcohol que es su cerebro ahora mismo.
-Melanie…
Bravo.
-Te parecerá bonito.
No creo que necesite una reprimenda en estos momentos, principalmente porque no sabe por qué la merece. Dejo que se aclare las ideas e intente recordar la noche anterior, aunque, por su aspecto diría que es tarea improbable, que no imposible. Como única respuesta, se inclina sobre la mesita, coge un par de instrumentos con la mano izquierda, sin separar el brazo derecho que abraza a la chica rubia, plácidamente dormida sobre su hombro, y comienza a fumar.
-No sabía que fumaras.
-¿No?- Mira distraídamente el cigarro- Ni yo…
Da otra calada.
-Josh, tus padres no tardarán mucho en llegar. Solo queríamos avisarte.
Entiende en seguida por qué he usado el plural.
-Supongo que no queríais limpiar también.
-Supones bien.
-Bueno… en ese caso…- aspira con ansia lo último que queda del cigarrillo- Me pondré a ello…
Hace ademán de apartar la sábana, pero antes posa su vista en mí, alarmado. Me mira con una de esas miradas evidentes que no merecen palabras. Una pena que no le entienda, le miro interrogante.
-Melanie…- él mira a la puerta, yo le miro a él confundida- estoy desnudo, joder.
-¡Ah! Lo siento.
Salgo a toda velocidad como cualquiera que intenta evitar una situación asquerosamente embarazosa.
Jacob está fuera, apoyado en la pared y con los brazos cruzados; obviamente no le gusta nada esta situación.
-No nos quedamos ¿verdad?- pregunta mosqueado.
-Ni hablar, vamos.
wwwaaaajjajajajaj XDD me encanta!!! "-Melanie…- él mira a la puerta, yo le miro a él confundida- estoy desnudo, joder"
ResponderEliminarParece que hayas entrado en zona de combate xD todo el mundo medio muerto, si no muertos en verdad xDD
Por cierto... lo de las maletas... tarde o temprano tenian que llegar... y si Melanie tiene la mitad de cosas que tu... son muchas cosas xD
Seguro que las maletas tenian olor a playa, protector solar y esas cosas de aqui =) Pero alli tambien hay playa y protector solar... Pooor ciiiertoo, se te ha olvidado mencionar en que parte de la casa de Zack has dormido... Seguro que la almohada de Zack huele a el =p
Animo, a ver si no tengo que pedirte que me subas el proximo ¬¬